BUENOS AIRES, 21 ago, 21 Ago. (Reuters/EP) -
- El Gobierno argentino descartó el jueves volver a devaluar abruptamente al peso como sucedió en enero, a pesar de quejas de empresarios de que la alta inflación golpea la competitividad del país y en momentos en que el Banco Central permitió una aceleración de la depreciación diaria de la moneda.
El viceministro de Economía, Emanuel Alvarez Agis, dijo que el Gobierno busca un tipo de cambio de equilibrio que beneficie a exportadores e importadores, pero desechó una corrección como la que aplicó a mediados de enero cuando devaluó el peso en un 20 por ciento en apenas dos días.
La caída de la moneda aceleró la alta inflación en el país, que, según analistas privados, se espera supere este año el 30 por ciento tras haber alcanzado un 25 por ciento en 2013 y alentó expectativas de una mayor devaluación.
La economía argentina entró en recesión en el primer trimestre de este año por una caída en el consumo y la inversión, y el panorama podría deteriorarse aún más luego de que el país cayó en default a fines de junio en medio de una puja judicial en Estados Unidos con tenedores de bonos que dejó de pagar en 2002.
El jefe de la influyente Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez, dijo recientemente que el dólar debería caer al menos hasta los 10 pesos por dólar si el país quiere atraer inversiones, lo que implicaría una devaluación del 16 por ciento respecto de su nivel actual de 8,37.
"Argentina tuvo un corrimiento del tipo de cambio importante en enero y ahora lo escuchamos a Méndez que pide lo mismo. Y nosotros no vamos a reinventar la historia. Siempre que el tipo de cambio aumenta bruscamente Argentina enfrenta tensiones en materia de inflación", dijo Alvarez Agis.
"Esto Gobierno no va a aplicar ese programa", agregó.
Sin embargo, el Banco Central, que interviene prácticamente a diario en el mercado cambiario, ha permitido esta semana al peso acelerar su ritmo de depreciación.
La moneda argentina retrocedió el miércoles 3 centavos, lo que implicó una caída del 0,45 por ciento en el mercado mayorista. Este jueves perdía un 0,54 por ciento -4,5 centavos- poco después del mediodía en Buenos Aires (1500 GMT). Desde la devaluación de enero, su ritmo de depreciación diaria rondaba 1 centavo.
Un operador de cambios dijo bajo condición de anonimato que no había vendedores de dólares en la plaza interbancaria y que el Banco Central no había intervenido para atemperar la depreciación de la moneda.
"El Banco Central faltó a la cita", bromeó otro operador.
El peso acumula caída de casi el 22 por ciento desde inicios de año.
"El Gobierno lo que hace es manejar una tensión natural entre un tipo de cambio que tiene que ser competitivo para que las economías regionales y la industria puedan exportar", dijo el viceministro de Economía.
"Pero tampoco un tipo de cambio tan alto que los productos que Argentina importa y los insumos que Argentina importa nos sean inaccesibles y nos fundan a la industria", agregó.
Las expectativas de una mayor devaluación y las dudas sobre en futuro de la tercera economía latinoamericana puso presión sobre la cotización del peso en el mercado negro, a donde los ahorristas se ven obligados a recurrir para sortear un control de cambios impuesto por el Gobierno para frenar una fuga de capitales.
El peso en la plaza paralela perdía un 1,45 por ciento a 13,75 por dólar, un mínimo histórico.