Actualizado 23/07/2014 13:13

Griesa ordena a Argentina y 'fondos buitre' seguir negociando hasta una solución

Manifestación en Argentina contra los fondos buitre
Foto: REUTERS

NUEVA YORK, 22 Jul. (Reuters/EP) -  

   El juez estadounidense a cargo de la causa por la reestructuración de la deuda de Argentina ordenó este martes al país y a los demandantes reunirse con el mediador hasta que encuentren una solución al conflicto.
Argentina entrará en default si no destraba la disputa antes del 30 de julio.

   El juez Thomas Griesa ordenó que el país y los fondos de cobertura que buscan ser compensados por la cesación de pagos del 2002 que se reúnan "continuamente hasta que un acuerdo sea alcanzado" con el mediador Daniel Pollack. El encuentro se realizará este miércoles, a las 10.00 horas de Nueva York (14.00 GMT) en Manhattan.

    A pesar de las conversaciones indirectas para cerrar un acuerdo, el Gobierno de la presidenta Cristina Fernández se ha opuesto a cambiar su postura de que no puede realizar el pago total a los fondos de cobertura que compraron bonos a bajo precio tras el default de 100.000 millones de dólares en el 2002.

   Fernández dijo la semana pasada a los líderes de las economías emergentes que conforman el bloque BRICS que era "imposible" pagar a los acreedores la deuda incumplida al valor total.

   También afirmó que los fondos que mantienen bonos en "default" podrían haber canjeado los títulos incumplidos bajo las mismas condiciones de las reestructuraciones del 2005 y 2010, en las que los tenedores de bonos aceptaron grandes quitas. Es una oferta que los holdouts ya han rechazado.

   Un default genera el riesgo de más sufrimiento económico para la tercera economía de América Latina, que se encuentra en recesión y lidiando con una de las tasas de inflación más altas del mundo.

   Los fondos han dicho a través de sus abogados que están listos para dialogar, incluso escuchar a Argentina sobre sus tiempos para el pago. Pero, el fondo que lidera la demanda contra Argentina, NML Capital Ltd, dijo el viernes que el Gobierno parece dispuesto a un default después de una semana de retórica desafiante y falta de negociaciones.

   "Las probabilidades de un default han aumentado. Todavía espero que estén jugando al póker", dijo Claudio Loser, un argentino que trabajó durante décadas en el Fondo Monetario Internacional y que ahora preside la firma de consultoría Centennial Group.

   Fernández, con un discurso duro, ha prometido seguir honrando la deuda reestructurada pero se niega a pagar el monto nominal a los "buitres" que compraron bonos con fuertes descuentos y que están demandando ahora el pago total.

   Las reservas internacionales, que están en su nivel más bajo en ocho años, se encuentran en alrededor de 30.000 millones de dólares y podrían caer a un tercio por el esfuerzo del Gobierno por apuntalar el peso y cubrir las importaciones, estimó Loser.

   Mientras el tiempo se agota, algunos inversores esperan que Fernández alcance un acuerdo de último momento para que Argentina pueda nuevamente volver a los mercados globales para fortalecer sus alicaídas reservas y financiar el desarrollo de sus vastos recursos de gas y petróleo no convencional.

   "No veo ningún escenario en el cual el default sea positivo, ni siquiera para el pensamiento de Cristina", dijo Alberto Bernal, socio de Bulltick Capital Markets.

   "Estaría 'defaulteando' la deuda que renegoció su esposo fallecido", agregó Bernal, refiriéndose al antecesor de Fernández, Néstor Kirchner. "Ella sabe que los beneficios de un acuerdo serían enormes", resaltó.

MENOR OPTIMISMO

   Durante años, Argentina se negó a negociar con los "holdouts", describiéndolos como "buitres" deseosos de paralizar una economía por el afán de obtener grandes ganancias.

   El país sudamericano ahora quedó sin opciones legales para eludir el fallo del 2012 del juez estadounidense Thomas Griesa que ordenó pagar 1.330 millones de dólares más intereses.

   Griesa también sentenció que Argentina no puede pagar su deuda reestructurada si no logra un acuerdo con los fondos, lo que significaría que el país caería en cesación de pagos.

   En una audiencia este martes, el juez Griesa ordenó que el país y los fondos de cobertura se reúnan "continuamente hasta que un acuerdo sea alcanzado" con el mediador Daniel Pollack. El nuevo encuentro fue programado para el miércoles en Nueva York.

   A fines de junio, Argentina depositó 539 millones de dólares en el Bank of New York Mellon (BONY), pero Griesa bloqueó la transferencia de esos fondos a los acreedores, abriendo un período de gracia de 30 días hasta el 30 de julio.

   Argentina sostiene que obedecer a Griesa generaría la violación de la llamada cláusula RUFO, que prohíbe al país lanzar una nueva reestructuración de deuda con mejores condiciones de las que las que aceptaron los acreedores que sufrieron enormes quitas.

   El Gobierno aduce que, si viola esa cláusula, enfrentaría demandas de acreedores por más de 100.000 millones de dólares.

   El ministro de Economía, Axel Kicillof, dijo al mediador Pollack que Argentina necesita más tiempo para discutir un acuerdo, y solicitó una cautelar o suspensión del fallo.

   "No hay señales que indiquen que Argentina está preparándose para pagar", dijo Guillermo Nielsen, un ex secretario de Finanzas que estuvo a cargo de la reestructuración de la deuda en el 2005. "Hay un ambiente como que se está yendo al default", aseguró.

   El precio del Discount 2033 denominado en dólares subió un 14,5 por ciento desde que la Suprema Corte de Estados Unidos declinó tomar la apelación de Argentina, indicando que el mercado aún espera un resultado positivo.

   Pero, sin comentarios desde el Ministerio de Economía acerca de la posibilidad de más negociaciones en Nueva York, el humor es cambiante.

   "Vemos un 55 por ciento de posibilidades de que tengan éxito en conseguir una suspensión. Somos un poco más pesimistas que antes", dijo Alejo Costa, gerente de estrategia del banco de inversión Puente en Buenos Aires.

   A partir de un análisis técnico del diferencial de riesgo de los bonos Discount, Siobhan Morden, jefa de estrategia para América Latina en Jefferies, dijo que la posibilidad de un acuerdo caía a 65-35 la semana pasada, de 75-25 en la semana que concluyó el 11 de julio.

   Morden dijo que, por el momento, los inversores creían que Argentina reaccionaría racionalmente y optaría por negociar un acuerdo para poder volver a los mercados de capitales y reducir la presión sobre su balanza de pagos deficitaria.

DEFAULT DELIBERADO

   La ecuación podría cambiar el miércoles cuando ambas partes se reúnan con el mediador. El BONY quiere una aclaración sobre lo que debe hacer con los fondos que Griesa bloqueó y que se encuentran en sus cuentas en el banco central argentino. La entidad dijo que los acreedores de deuda denominada en euros han amenazado con demandarlo si devolvía los fondos a Argentina.

   Griesa podría optar por permitir al BONY liberar los fondos, lo que implicaría que Argentina podría, entonces, cumplir con el pago de deuda del 30 de julio. Eso requeriría que el veterano juez disponga una nueva suspensión del fallo, según abogados.

   "No creo que él otorgue una suspensión sin un firme apoyo por parte de los demandantes, pero ¿por qué lo harían si Argentina no ha demostrado mucha buena fe?", dijo Daniel Kerner, de Eurasia Group.

   También se podría evitar la cláusula RUFO, que vence el 31 de diciembre, con el consentimiento entre las partes para demorar un acuerdo hasta el 1 de enero del 2015 con alguna especie de garantía escrita en el documento.

   "La mayoría de los abogados creen que, si el pago es realizado en una cuenta depósito ordenado por un juez, eso no clasificaría como una violación de la cláusula RUFO", agregó Kerner.

   No obstante, no se puede descartar un default deliberado. En ese escenario, Argentina podría lanzar un nuevo canje de deuda bajo legislación local en un intento por escapar de los juicios en Estados Unidos.

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