Actualizado 06/07/2015 05:41

ANÁLISIS-Marina Silva se gana a los inversores en campaña presidencial de Brasil

Por Walter Brandimarte

RÍO DE JANEIRO, 28 ago, 28 Ago. (Reuters/EP) -

- Los inversores están haciéndose a la idea de una victoria de Marina Silva en las elecciones presidenciales de octubre en Brasil, a medida que la popular ambientalista emerge como su mejor apuesta para evitar otros cuatro años de un Gobierno que les desagrada intensamente.

El desprecio por las políticas izquierdistas de la presidenta Dilma Rousseff es tan profundo en los mercados financieros brasileños que suscitó un comentario reiterado: "Marina es como una ruleta rusa, pero Dilma es un revolver cargado".

El dicho refleja la desconfianza que muchos inversores sienten hacia Silva, cuyo historial de volátiles decisiones, falta de experiencia ejecutiva y énfasis en las políticas ambientalistas, incluso a expensas del crecimiento económico, han encendido varias alarmas.

Pero un reciente repunte en los activos brasileños sugiere que, al menos por ahora, los inversores están dejando de lado sus recelos.

Las acciones han subido un 10 por ciento en las últimas dos semanas, incluyendo más de un 2 por ciento el miércoles, a medida que Silva sube en los sondeos para las elecciones del 5 de octubre.

Encuestas divulgadas el martes y el miércoles muestran una ventaja significativa de Silva sobre Rousseff en caso de que haya una segunda vuelta el 26 de octubre, algo que ahora parece probable.

De figura físicamente frágil, Silva creció en la pobreza en el Amazonas, aprendió a leer cuando era adolescente y ha logrado atraer tanto a cristianos evangélicos como a una juventud urbana educada y experta en redes sociales. Sus contradicciones pueden desconcertar incluso a los brasileños y más aún a los inversores en Wall Street.

Aún así, desde que entró en la contienda presidencial la semana pasada a raíz de la muerte del candidato del Partido Socialista Brasileño en un accidente aéreo, Silva se ha ganado comparaciones con otros líderes globales que han capturado el deseo de cambio de la juventud.

Ilan Solot, analista en Brown Brothers Harriman en Londres, la comparó con el primer ministro indio Narendra Modi, que ganó las elecciones este año en otro gran mercado emergente que, al igual que Brasil, ha sufrido un frenazo de su crecimiento.

"No sólo pensamos que tiene altas probabilidades de ganar las elecciones -digamos, más del 50 por ciento- sino que también creemos que un gobierno de Silva sería muy positivo para Brasil, tanto para los mercados como para el país en general", dijo.

La campaña electoral recién ahora está alcanzando su punto de ebullición con el inicio de los anuncios en televisión, que en Brasil son gratuitos y se reparten de manera proporcional a la representación de cada partido en el Congreso.

Por eso la televisión estará dominada por Rousseff y el senador centrista Aécio Neves, que cuentan con el apoyo de coaliciones más grandes que Silva. Y eso les da la oportunidad de recuperar parte del respaldo perdido por el ascenso de Silva.

DELEGAR POLÍTICA ECONÓMICA

La presidenta Rousseff continúa teniendo una amplia base de apoyo en el empobrecido noreste de Brasil, donde los programas sociales del Gobierno son muy populares.

Pero en Sao Paulo, la capital financiera del país, existe fuerte antipatía entre los inversores cansados de las pérdidas desde su llegada al poder en el 2011.

Durante su gobierno la economía brasileña ha crecido menos de un 2 por ciento anual y el real se ha debilitado un 26 por ciento.

El índice referencial de la bolsa de Brasil, el Bovespa , se hundió un 35 por ciento hasta marzo, cuando comenzó a recuperarse por apuestas de que Rousseff dejaría sus políticas intervencionistas en un segundo mandato o que cualquiera que la reemplace será más amigable con el sector empresarial.

De los tres candidatos principales, la mayoría de los inversores siguen prefiriendo a Neves.

Político fogueado de un partido de centro con experiencia en el gobierno, Neves es considerado como la alternativa más segura para garantizar la estabilidad económica y atraer la inversión extranjera al país.

Sin embargo las últimas encuestas sugieran que será Silva, y no Neves, quien dispute un posible balotaje contra Rousseff.

Desde que entró en la contienda, Silva se ha presentado como una figura reformista y favorable al mercado, cuyas políticas no diferirían tanto de las de Neves.

Su equipo de asesores incluye al respetado economista Eduardo Giannetti da Fonseca y a la socióloga Neca Setúbal, una de las herederas de Itaú Unibanco SA, el mayor banco del sector privado en Brasil.

"El hecho de que Silva trae consigo asesores de ese calibre (...) da a los mercados mucha comodidad", dijo Marcelo Salomon, analista de mercados emergentes en Barclays en Nueva York. "Le doy un voto de confianza a Marina Silva".

Dado su sólido equipo, Silva también podría evitar caer en la tentación de lo que los inversores consideran una de las principales deficiencias de Rousseff: el deseo de intervenir constantemente en la economía.

Rousseff ha alternado aumentos y reducciones de impuestos, además de haber tomado decisiones políticas que causaron enormes pérdidas a la petrolera Petrobras y otras compañías estatales.

En una reciente reunión con banqueros en Sao Paulo, Silva dijo que, si es elegida, delegaría la mayor parte de la política económica en sus asesores y se centraría en otros asuntos que le interesan más, como la política ambiental, la reducción de la pobreza y las medidas anticorrupción.

"No voy a tratar de manejar algo que no entiendo", habría dicho Silva, según un banquero presente en la reunión.

Dadas las similitudes entre las plataformas económicas de Silva y Neves, una fuente del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) dijo a Reuters la semana pasada que el partido apoyaría a Silva si su candidato no llega al balotaje.

Aún así, algunos inversores y analistas advierten que un gobierno de Silva podría implicar un salto al vacío.

Temen que su reputación de persona inflexible resulte ser un problema, en especial porque su pequeño partido la obligaría a trabajar con otros más grandes y establecidos para poder aprobar leyes en el Congreso.

Silva también enfrentaría un escenario económico adverso de bajo crecimiento, alta inflación y actuales déficits contables.

"No creo que los mercados piensen que sea peor que Dilma. Pero debido a los problemas económicos de Brasil, la situación podría requerir alguien más probado", dijo Eric Fine, gerente de carteras de deuda de mercados emergentes en Vaneck, un gestor de fondos de Nueva York con 33.800 millones de dólares en activos.