Actualizado 04/07/2015 07:21

Construcción y agronegocios, con Rousseff, y los bancos, con Silva

Dilma Rousseff y Marina Silva
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BRASILIA/SAO PAULO, 25 Sep. (Reuters/EP) -

La recaudación de fondos para la política refleja la división entre potenciales ganadores y perdedores, con la vasta mayoría de las donaciones para la presidenta en ejercicio, reflejo de los poderosos intereses empresariales cómodos con el status quo que representa Dilma Rousseff.

Rousseff ha captado la mayoría de las donaciones de firmas de construcción y agronegocios como la constructora OAS y el frigorífico JBS, mientras nombres en el sector financiero y del etanol, como Santander Brasil y Copersucar, han dado su respaldo a su oponente, Marina Silva,
según datos de la campaña publicados este mes por la corte electoral de país.

Rousseff y los comités nacionales de su Partido de los Trabajadores recaudaron más de 185 millones de reales (79 millones de dólares), o unos dos tercios de las donaciones políticas de los tres candidatos presidenciales principales.

A su vez, el Partido Socialista Brasileño (PSB), al que pertenece Silva, recaudó más de 34 millones de reales a nivel nacional. Mientras, Aecio Neves, el candidato favorito de muchos inversores, recaudó más de 71 millones de reales, en su mayoría antes del avance de Silva en las encuestas. Pero se encuentra en un distante tercer lugar en los sondeos y es poco probable que llegue a una segunda vuelta.

La mayoría de los observadores cree que Silva reducirá la brecha en financiamiento, en momentos en que las encuestas la muestran en una carrera muy reñida con Rousseff en una posible segunda ronda.

Pero la ventaja de Rousseff en financiamiento será difícil de superar entre los proveedores de crudo y gas, productores de alimentos y bebidas y los grandes grupos constructores que se están beneficiando de proyectos de infraestructura auspiciados por el Gobierno.

Compañías de desarrollo inmobiliario y de ingeniería han donado más de 130 millones de reales a los principales candidatos presidenciales, o un 45 por ciento de todo lo recaudado, y destinaron dos de cada tres reales para Rousseff.

El grupo constructor Odebrecht donó 4 millones de reales a la presidenta, unas cuatro veces su contribución a la campaña de Silva. Otros constructores fueron incluso más agresivos, como OAS, donando más de 30 millones de reales a Rousseff, casi seis veces lo que destinó para Silva.

Las compañías pueden donar hasta un 2 por ciento de sus ingresos a campañas electorales, aunque varios escándalos de corrupción en los últimos años revelaron un financiamiento de fondos ilegales para sobornos políticos.

APOSTANDO AL CAMBIO

La ventaja de Rousseff no es tan marcada en algunos sectores. Entre los productores de etanol, por ejemplo, las donaciones han estado divididas en partes iguales entre Rousseff y Silva, debido a una fuerte donación de 1,75 millones de reales del principal operador de azúcar y etanol de Brasil, Copersucar, a la campaña de la ambientalista. La compañía no aportó a la campaña de Rousseff.

La industria del etanol está apostando a que Silva deje subir los precios del gas y cumpla una promesa de restaurar un gravamen al gas eliminado por Rousseff, con lo que aumentaría el atractivo de biodieseles más baratos.

"Gravar los combustibles fósiles abre la puerta a la energía renovable, que reduce las emisiones (de carbono)", dijo Elizabeth Farina, presidenta del grupo de la industria de azúcar y etanol Unica. "Dados los beneficios ambientales, tiente sentido como parte de la plataforma de Marina Silva", agregó.

Las acciones del grupo de azúcar y etanol São Martinho SA ganaron un 15 por ciento en un mes, en momentos en que la candidatura de Silva aumentó la esperanza de mayores precios del gas.

La actual política de precios de combustibles también ha cargado a la estatal de crudo Petrobras con profundas pérdidas y crecientes deudas, y el avance de Silva en las encuestas generó un alza en las acciones de la compañía de hasta un 30 por ciento. La acción perdió casi la mitad de esas ganancias cuando la carrera electoral se volvió más pareja.

Pero para los proveedores locales de Petrobras como la compañía de servicios petroleros Lupatech y la acería Usiminas, un gobierno de Silva podría debilitar su posición en un mercado cautivo.

Sus asesores critican una política que presiona a las compañías para comprar plataformas mar adentro con un promedio de dos tercios de contenido nacional, algo que muchos dicen eleva los costos de Petrobras y frena inversiones.

"Promover el contenido local es clave para la industria brasileña, pero necesita tomar en cuenta un camino gradual de crecimiento. No se puede asignar una tarea semejante a la industria nacional si aún no puede cumplirla", dijo Walter Feldman, coordinador de la campaña de Silva, a Reuters.

Los proveedores globales de la industria de crudo y gas, desde General Electric a Siemens han invertido mucho dinero en fábricas brasileñas para lograr acceso a contratos locales. Varias compañías domésticas han prosperado debido a ese requisito.

"Nos gusta el programa de contenido nacional. Nos permite hacer crecer nuestro negocio y nos haremos más competitivos con el tiempo", dijo Arnaldo Calbucci, un vicepresidente la firma de astilleros y logística Wilson Sons.