Actualizado 26/07/2014 12:26

Para que todos puedan sonreír

Fábio Bibancos, residente voluntário da ONG Turma do Bem

Foto: TURMA DO BEM

SAO PAULO, 25

   Por Fábio Bibancos, presidente voluntario de la ONG Turma do Bem América Latina.

   Creo que es gracioso la tendencia de simplificar la realidad para aprenderla más  rápido. Lo que se conoce por llamar América Latina, por ejemplo, un pedazo de tierra con 21.069.501  km2 formado por 21 países diferentes -y otras 10 dependencias.

   ¿Se imaginan el tamaño de  heterogeneidad? Entre tanto, igual con todas las diferencias, hay una cosa que nos une en un conjunto indivisible. Y al contrario de los que piensan, no es el idioma. Somos uno de los lugares con la peor distribución de renta del mundo. Voy a usar Brasil como ejemplo.

   Según el censo de 2010, divulgado por el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estatística), uno de cada tres brasileños --64 millones de personas-- recibe apenas un salario mínimo mensual de 724 reales (323 dólares). Ya en el otro lado del puente, el 3,1% de la población recibe más de 10 salarios mínimos de 3.230 dólares y el 0,9% tiene rendimiento mayor de 20 salarios mínimos.

   Es decir, la rica minoría controla la mayoría de las riquezas en sus manos. En cuanto a eso, la población pobre sufre para disfrutar de sus derechos básicos. Entre ellos, el acceso a la salud bucal - y, en consecuencia, la calidad de vida que eso conlleva.

   Según el Levantamiento Nacional de Salud Bucal - SB Brasil - elaborado en 2003 por el Ministerio de Salud brasileño, el 20% de la población brasileña, o 38 millones de personas, ya perdió todos sus dientes. Y, como si fuera poco, cerca de 29,6 millones de personas no han visitado la consulta de un dentista.

   Para empeorar el cuadro, el acceso al kit dental (cepillo, pasta e hilo dental), la única herramienta de prevención de enfermedades bucales, es muy limitado. 45% de los brasileños no posee acceso regular a un cepillo de dientes. Resultado: somos un país de sonrisas mutiladas, lo que, infelizmente, es casi una regla en los países latinoamericanos.

   La propuesta de la Turma do Bem es transformar ese panorama. Para quien no nos conoce, somos una Organización Social fundada en 2002. Nuestro principal proyecto es el 'Dentista do Bem', que cuenta con el trabajo voluntario de odontólogos que atienden a niños y adolescentes de  bajos recursos.

   Actualmente estamos presentes en todo Brasil, otros 12 países de América Latina (Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela) y Portugal. Son más de 48.000 jóvenes los que están siendo atendidos por un ejército de 15.000 voluntarios (click aquí para saber más - www.turmadobem.org.br/es).

   Por el momento, eso no resuelve el problema. En América Latina la falta de dentistas en la red pública de salud es un problema crónico. Y, como tal, sólo cambiara después de décadas de fuertes inversiones y reformas públicas.

   En la mayor parte de los países donde trabajamos, el Gobierno no ofrece ningún programa viable de cambio. En Brasil, por ejemplo, el programa Brasil Sorridente (Brasil Sonriente) está muy lejos de  solucionar los problemas, con números de transformación muy pequeños y una inmensa masa de necesitados.

   Por eso, necesitamos colocar la causa odontológica en la agenda pública del continente. Movilizar y concienciar a la sociedad respecto la gravedad de esta situación, con el objetivo de construir un debate  sólido en torno al tema e influenciar la restructuración de los servicios públicos de salud bucal.

   Cuando esto aparezca, tal vez pueda volver aquí y decir, con la boca bien grande, que con todas las diferencias entre nosotros, los pueblos latinoamericanos, nos une una cosa indivisible: ¡somos un lugar donde todos podemos sonreír!