Actualizado 08/09/2014 20:54

El cine social de Marta Rodríguez consigue el Premio Vida y Obra

Cine social de Marta Rodríguez consigue el premio Vida y Obra
Foto: TWITTER

BOGOTÁ, 8 Sep. (Notimérica/EP) -

   La cineasta colombiana Marta Rodríguez ha recibido el Premio Vida y Obra que entrega la Secretaría colombiana de Cultura por su cine social, que permite recuperar la memoria y adentrarse en el conflicto que ha vivido su país durante décadas, así como en el proceso de paz que se está celebrando en los últimos años.

   Documentales que han dado voz a los olvidados y que denuncian las injusticias que se producían sobre la población más desfavorecida. Una radiografía del país que, según dice la cineasta al diario colombiano 'El Tiempo', han sido realizados con "entrega y amor por esta patria".

   Este premio, dotado en 50 millones de pesos colombianos (25.737 dólares), sirve para rendir homenaje a una cineasta que a sus 76 años asegura que no piensa retirarse. "Siento que debo continuar. No queda más opción después de que uno ha visto el nivel de descomposición y de crueldad, y la pérdida de valores en esta sociedad", ha aclarado.

   Su cine se adentra en el día a día del país y ofrece un retrato sin igual de la realidad que se vive en las calles de Bogotá. Así lo demostró en 1964, cuando presentó uno de sus primeros documentales, en el que relataba la ocupación del barrio de Tunjuelito por campesinos desplazados por la violencia. Una cineasta valiente que continúa narrando la injusticia, aunque para ello tenga que poner en riesgo su vida.

   "Me tocó ver masacres. Una de las anécdotas más terribles me ocurrió hace como 15 años en Urabá: los 'paras' se llevaron a mi fotógrafo, Fernando Restrepo, durante día y medio. Después de eso tuve ataques de pánico", ha confesado.

   Ha documentado la explotación a la que fueron sometidas varias familias en 'Chircales', "mostrando una realidad horrorosa, un grado aberrante de explotación del ser humano", que enmudece al espectador, al comprobar las palizas que recibían aquellos esclavos del siglo XX.

   "Yo dictaba clases en una escuelita y empecé a notar que los niños llegaban golpeados, descalzos, con las manitas destrozadas y unas marcas en la frente (*). Después supe que les ponían unas cinchas en la cabeza para cargar los ladrillos. Así nació Chircales", ha destacado.

   Su cine trataba de transformar la realidad, al convertir a los más olvidados en los verdaderos protagonistas. Documentales que han narrado el sufrimiento que durante décadas han soportado numerosos colombianos, y que permiten hoy echar la vista atrás y recuperar trágicas historias olvidadas.

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