Actualizado 09/12/2014 02:31

La Fiscalía anuncia una investigación sobre la lista de Inteligencia Militar


BOGOTÁ, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -

El fiscal general de Colombia, Eduardo Montealegre, ha anunciado este miércoles la apertura de una investigación sobre la lista con más de 300 correos electrónicos que atesora Inteligencia Militar al margen de altos cargos del Ejército.

Montealegre, que ha comparecido en el Congreso para presentar un proyecto de ley sobre medidas preventivas, ha rehusado revelar detalles de las pesquisas "para no ponerlas en peligro", subrayando que se trata de "un tema muy delicado".

"Estas conductas al margen de la ley contra la libertad de expresión son un atetado al Estado Social de Derecho", ha dicho en declaraciones a la prensa, según ha informado la revista colombiana 'Semana'.

Al margen de las investigaciones judiciales, la agencia de noticias Colprensa ha revelado que podría haber consecuencias políticas inmediatas. Así, apunta a que el comandante de Inteligencia Militar, el general Mauricio Forero, podría ser relevado del cargo.

El general Nicasio Martínez asumiría el mando de los servicios secretos castrenses, dejando libre su cargo como comandante de la Quinta División del Ejército Nacional, cuya jurisdicción son los departamentos de Tolima, Quindío, Huila y Cundinamarca.

'Semana' ha revelado que Inteligencia Militar posee una especie de base de datos con más de 300 direcciones y correos electrónicos de periodistas, nacionales e internacionales, miembros de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, así como de Cruz Roja y Human Rights Watch.

Lo sorprendente es que Inteligencia Militar ocultó este listado a altos cargos del Ejército se habrían enterado hace apenas unos días, mientras que contratistas externos, como el 'hacker' Andrés Sepúlveda sí tuvieron acceso a esta información.

No es la primera vez que un escándalo de este tipo salpica a los militares colombianos. El pasado mes de mayo, entre la primera y la segunda vuelta electoral, salió a la luz la 'Operación Andrómeda', con la que supuestamente el Ejército, a las órdenes del 'uribismo', interceptó las comunicaciones de los negociadores de paz.