CARACAS, 28 Jun. (Notimérica) -
El tenor favorito de Venezuela y uno de los mejores cantantes iberoaméricanos de ópera, Alfredo Sadel, fallecía de cáncer tal día como hoy hace 28 años. Compositor, actor y dibujante, dominó múltiples géneros y ritmos musicales, desde el bolero al merengue pasando por el vals. Un mes antes de morir daba sus conciertos en su silla de ruedas. Sus últimas palabras hacia el público fueron: "¿Saben por qué estoy aquí? Quería verlos".
Alfredo Sánchez Luna nació el 22 de febrero de 1930. Muy pronto destacó su gusto por la música. Sus padres hicieron todo lo posible por formarle en este arte, incluso cuando tuvieron dificultades económicas y no le pudieron pagar la escuela. Debido a que sus maestros eran sacerdotes, su primera representación fue el 'Ave María' en la Catedral de Caracas. Inmediatamente comenzó su fama.
Estudió solfeo, armonía, piano y canto en la Escuela Superior de Santa Capilla, además de viajar por ciudades americanas y europeas para complementar su carrera. Trabajó como como dibujante de caricaturas, todas ellas desaparecidas, mientras grababa sus primeros discos. El bolero 'Desesperación' y el pasodoble 'El Diamante Negro' fueron sus primeras canciones.
Coincidiendo con cantantes su mismo apellido, decidió cambiárselo por Sadel, de la confluencia entre Sánchez y Gardel, como homenaje al cantante argentino. Se convirtió en una figura popular en toda latinoamérica, triunfando en al televisión y en el cine. 'Tres balas perdidas', 'En cada feria un amor' y 'Martín Santos, el llanero' fueron algunas de las cintas rodadas entre Venezuela y México. Además, fue el principal atractivo en la inauguración de la radio Caracas Televisión en 1953.
Se traslado a Estados Unidos, firmando un contrato con la productora de cine Metro-Goldwyng Meyer. Apareció en varios programas de televisión y en películas como 'El ratón' y 'Tú y la mentira'. La prensa le alababa de forma casi unánime, nombrándole "el artista latino más popular de la televisión nortamericana".
La década de 1960 representó su incursión definitiva en la ópera. Se estrena entoces en el Teatro Nacional de Caracas con la zarzuela 'Los Gavilanes' y muy pronto su agenda aglutinaría conciertos por todo el mundo. Se convirrió así en el primer cantante venezolano en llegar a Siberia, además de 14 países de Asia.
En la grabación de varios discos y con las puerta abiertas de la Metropolitan Opera de Nueva York, fue diagnosticado de cáncer en 1985. Realizó varias giras mundiales en los años siguiente, sabiendo que su despedida de los escenarios estaba cerca. Pero él gustaba de cantar y quería al público tanto como el público le quería a él, por lo que dio sus últimos conciertos en silla de ruedas.
Murió el 28 de junio de 1989 y su deceso causó conmoción en Iberoamérica. Caracas le nombró hijo ilustre, se decretaron dos días de duelo nacional y se suspendió durante un mes la temporada del Teatro Nacional. Con más de 2.000 canciones en más de 200 discos, recibió miles de alabanzas por parte del público y los críticos durante toda su carrera. Considerado un artista en mayúsculas, tiene una plaza en Caracas por su contribución a la cultura venezolana.