Actualizado 09/08/2018 15:54

Las fronteras de Ecuador, Brasil y Colombia, colapsadas por la llegada de inmigrantes venezolanos

Inmigrantes venezolanos en Colombia
REUTERS / JAIME SALDARRIAGA

    MADRID, 9 Ago. (OTR/PRESS) -

   Ecuador, Colombia y Brasil están colapsadas ante el goteo constante de inmigrantes venezolanos que huyen desde hace varios años, pero sobre todo en los últimos meses, escapando de la crisis política, social y económica a la que se enfrenta el país caribeño.

   Entre 2015 y 2017, el número de inmigrantes venezolanos ha aumentado en un 900 por ciento hacia otros destinos del continente sudamericano, América Central o el Caribe. En lo que va de 2018, las cifras de éxodo se multiplican respecto a otros años.

   De hecho, el Gobierno de Ecuador ha declarado este miércoles el estado de emergencia en tres provincias debido a un número inusualmente alto de inmigrantes venezolanos que cruzan la frontera norte desde Colombia después de huir de la crisis económica que sufre Venezuela.

   "El Gobierno de Ecuador ha declarado el estado de emergencia relacionado con la migración humana en las provincias de Carchi, Pichincha y El Oro para prestar atención urgente a los inmigrantes venezolanos en la frontera norte", ha informado el Ministerio de Asuntos Exteriores a través de un comunicado.

   El Ministerio ha asegurado que Ecuador comenzó a recibir esta semana 4.200 inmigrantes venezolanos que llegan cada día, sin detallar cuánto han aumentado la cifra.

   El estado de emergencia, que durará todo el mes de agosto, tiene como objetivo acelerar el despliegue de médicos y trabajadores sociales para atender las necesidades de los inmigrantes, así como agentes de Policía para apoyar los procedimientos de inmigración.

   El Ministerio ha señalado que agencias como la Organización Internacional para las Migraciones y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) también participarán en el esfuerzo.

   La hiperinflación de Venezuela y la escasez crónica de productos han alimentado un éxodo de ciudadanos que normalmente se trasladan por tierra cruzando Colombia, a menudo continuando hacia el sur, hacia naciones andinas como Perú, Ecuador y Chile.

   Colombia es el destino de la mayoría de venezolanos que huyen de la pobreza y la persecución política. Ya en julio de 2017, Colombia aprobó un Permiso Especial de Permanencia y regularizó a 68.374 nacionales venezolanos.

   Desde entonces, la llegada de ciudadanos de Venezuela no ha hecho más que crecer. En la frontera entre Venezuela y Colombia, la situación de crisis humanitaria ha llevado a Estados Unidos a anunciar este miércoles una ayuda adicional de 9 millones de dólares para los miles de inmigrantes venezolanos que han huido a Colombia en el último año.

   "Estos fondos adicionales profundizan los actuales esfuerzos de Estados Unidos para proporcionar comida, agua, cuidados médicos y otra ayuda humanitaria esencial en Colombia y en toda la región a los venezolanos vulnerables", ha dicho la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en un comunicado.

   En concreto, ha indicado que esta inyección económica permitirá dar agua potable, kits de higiene y servicios sanitarios a los venezolanos a lo largo de la frontera con Colombia, así como dinero en efectivo para los venezolanos más vulnerables y medicamentos para los centros de salud de las comunidades de acogida.

   Además, ha destacado, "los socios de la USAID están ayudando a gestionar centros médicos de atención primaria en seis departamentos de Colombia que han recibido inmigrantes venezolanos".

   Estos 9 millones de dólares elevan a 46 millones de dólares la ayuda enviada por Estados Unidos a los inmigrantes venezolanos en el año fiscal 2017. A nivel bilateral, la USAID ha comprometido 23,5 millones de dólares para apoyar la respuesta de Colombia a la crisis migratoria.

   "El anuncio de hoy sobre ayuda humanitaria refleja el compromiso de Estados Unidos para ayudar a la gente que está escapando de la crisis en Venezuela y a las comunidades en los países vecinos que los han acogido", ha subrayado la USAID.

   Esta semana, en Brasil la polémica también ha tenido como escenario la frontera con Venezuela después de que un juez ordenara el cierre tras la crisis humanitaria desatada por la llegada masiva de venezolanos. Apenas unas horas más tarde, que el Tribunal Supremo del país carioca ordenaba que se reabrieran las fronteras.

   El juez federal Helder Barreto había ordenado el lunes el cierre de la frontera para frenar la entrada de inmigrantes llegados de Venezuela. Según Barreto, la medida debía estar en vigor hasta que las autoridades pudiesen establecer condiciones "humanitarias" de acogida.

   Sin embargo, la juez del Supremo Rosa Weber ha fallado en sentido contrario, argumentando que la petición de las autoridades estatales no respeta la Constitución ni los tratados ratificados por el Estado sudamericano, según la Agencia Brasil.

   El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha aplaudido la decisión del Supremo y ha recordado que, hasta ahora, las autoridades brasileñas "han garantizado el acceso al territorio de los refugiados y migrantes venezolanos que necesitan protección y les han proporcionado acceso a derechos y servicios básicos".

   Los equipos de ACNUR en Pacaraima fueron testigos de la breve discrepancia judicial del lunes y confirmaron que, aunque 210 venezolanos no pudieron terminar sus trámites migratorios, no se realizó ninguna deportación, según un comunicado de la organización.

   Alrededor de 33.000 venezolanos solicitaron asilo en Brasil hasta el 30 de abril, mientras que otros 25.000 ingresaron por otros medios, incluidos visados humanitarios, laborales y migratorios, según el portavoz de ACNUR en Ginebra, William Spindler.

   Las mujeres venezolanas siguen una dura travesía hasta Brasil, cuya cifra de llegadas de esta nacionalidad ha aumentado de las 3.425 hasta 35.000, en busca de una mejor atención médica: el servicio de salud pública de Roraima ha subido un 3.500 por ciento desde 2015.

   Los partos de venezolanas en hospitales de la sanidad pública de Boa Vista, en el norte del país, se duplicaron en un año.

   Gran parte de las solicitudes de residencias y asilo se pidieron en el Estado de Roraima los dos últimos años.