Actualizado 07/04/2015 18:50

Google recuerda el 126 aniversario del nacimiento de Gabriela Mistral

Google homenajea a Gabriela Mistral
Foto: GOOGLE

   MADRID, 7 Abr. (Notimérica) -

   Google recuerda este martes, a través de su 'doodle', imagen que aparece sobre el logo del buscador, el 126 aniversario del nacimiento de la poetisa chilena Gabriela Mistral.

   La imagen de la poetisa, junto a las frases "Dame la mano y danzaremos" y "Dame la mano y me amarás" aparecen en el 'doodle' con el que el buscador de internet rinde su especial homenaje a Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, nombre verdadero de la también política y pedagoga .

   Gabriela Mistral (Chile, 6 de abril de 1889/EEUU, 10 de enero de 1957) nació en la pequeña ciudad del valle de Elqui (Chile). Hija de un maestro de escuela y de una modista y bordadora, fue bautizada con el nombre de Lucila María.

   Su padre, Juan Jerónimo Godoy, abandona a su familia cuando la pequeña Lucila tenía solo tres años, según algunos biógrafos de la escritora, por encontrarse sin trabajo como docente y no poder mantener el hogar.

   La madre de la poetisa decide entonces establecerse con Lucila en Montegrande, aldea en la que vive su otra hija, Emelina Molina Alcayaga --quince años mayor que Lucila y fruto de un matrimonio anterior--, que ejerce en la aldea como maestra rural, según consta en la biografía del Centro Virtual Cervantes.

   La figura materna será así sencial en la infancia de la poetisa, como lo atestigua su composición en prosa 'Evocación de la madre', una de las páginas más emotivas de su creación.

   Cuando tenía 13 años, en 1902, Lucila escribe sus primeros versos y en 1903 comienza a trabajar como maestra, profesión a la que dedicará toda su vida.

   El año 1912 comienza para ella una etapa feliz y tranquila, en la que se dedica plenamente a su labor creadora. Publica algunos poemas en la revista Sucesos y contacta con Rubén Darío, quien en ese momento se encuentra en París y de quien, un año más tarde, recibe una cálida respuesta que la llena de alegría: en la revista que dirige el gran poeta saldrán publicados su poema 'El ángel guardián' y su cuento 'La defensa de la belleza'.

   Entonces comienza a emplear su seudónimo definitivo, Gabriela Mistral, que alterna con su nombre verdadero. En 1914, y bajo el nombre de Gabriela Mistral, que ya nunca abandonará, envía una colección de poemas titulada 'Los sonetos de la muerte' a los Juegos Florales de Santiago, donde obtiene el primer premio, que no recoge por recato, a pesar de asistir a la ceremonia de entrega, en la que se mantiene alejada como un espectador más.

   A partir de este certamen adopta definitivamente el seudónimo de Gabriela Mistral, proveniente quizás de su admiración por los escritores Gabriel D'Annunzio y Federico Mistral.

   En 1920 su labor educativa la lleva hasta Temuco, donde se encuentra con el joven Neftalí Ricardo Reyes Basoalto, conocido más tarde en las letras universales como Pablo Neruda. El gran poeta chileno siempre reconocerá la importancia del magisterio recibido de Gabriela, a la que dedica unas cálidas palabras en su libro de memorias 'Confieso que he vivido'.

PRIMER LIBRO

   En 1922, el Gobierno mexicano ofrece a la poetisa participar en el programa educativo dirigido por el filósofo y ministro de educación, José Vasconcelos. Por iniciativa del crítico español Federico de Onís es publicado el primer libro de la poetisa, 'Desolación', obra  dedicada a Pedro Aguirre Cerda, figura esencial en la trayectoria de la poeta, y a Juana de Aguirre.

   Tras la segunda edición de 'Desolación', publicada en Chile, Gabriela abandona México, y se dirige a Estados Unidos, donde dicta conferencias en diversas universidades norteamericanas. Luego recorre Francia, Suiza, España e Italia --donde conoce a Giovanni Papini--.

   Su segundo poemario, 'Ternura', es publicado en Madrid por la editorial Saturnino Calleja. El libro está dedicado a su madre y a su hermana Emelina. El acento poético de Gabriela cambia en este libro, que versa sobre los niños y el mundo que los rodea.

   En 1925 regresa a Chile y realiza escalas en Brasil, Argentina y Uruguay, lugares donde es homenajeada. Vuelve a La Serena (Chile), donde se dedica a cuidar de su madre. Como reconocimiento a su labor docente, el parlamento chileno le concede una pensión de jubilación. La Sociedad de las Naciones aprueba su ingreso en el Instituto de Cooperación Intelectual, en el que representa oficialmente a Latinoamérica.

   En 1926 parte rumbo a París para desempeñar el cargo de consejera del Instituto Internacional de Cooperación Intelectual, lo que le permite entrar en relaciones con personalidades de la época. En Chile sale a la luz la tercera edición de 'Desolación'.

   En París conoce a algunos de los intelectuales más relevantes del momento, como Paul Rivet o Miguel de Unamuno, quien en ese momento se encuentra desterrado en la capital francesa.

ADOPCIÓN

   En 1928 adopta a su sobrino Juan Miguel Godoy Mendoza, de cuatro años de edad, hijo de su hermanastro Carlos Miguel Godoy y de una maestra española que muere a causa de la tuberculosis.

   Por esa misma época, y a través de un artículo titulado 'La cacería de Sandino', la escritora toma partido por el rebelde nicaragüense, y contra la política intervencionista de Washington ejercida contra Nicaragua.

   En Madrid recibe, en 1929, una trágica noticia: la muerte de su madre en la población chilena de La Serena, pérdida que sume a Gabriela en una profunda tristeza. Un nuevo revés golpea a Gabriela: el Gobierno de Chile le retira su sueldo de maestra y se queda en Italia sin recursos económicos.

   Paradójicamente, este percance se convierte en un beneficio para su obra, que se incrementa notablemente al verse obligada a mantenerse dictando conferencias y publicando artículos y ensayos en periódicos y revistas.

   En 1931 la poetisa viaja a Puerto Rico invitada por la universidad de la isla. Recorre las Antillas, el Caribe y los países centroamericanos. En la República Dominicana, Cuba, Panamá, El Salvador, Costa Rica, Guatemala es recibida con honores por las universidades y la intelectualidad de los distintos países.

LA ITALIA DE MUSSOLINI

   En 1932 el Gobierno chileno otorga a la escritora un cargo consular, siendo destacada a Nápoles, donde no podrá desempeñar sus funciones por impedírselo el Gobierno de Mussolini, que confina a la poetisa en arresto domiciliario en Roma.

   Gabriela será la primera mujer chilena que disfrute de un cargo diplomático, si bien el puesto asignado no es de los más altos dentro del escalafón diplomático.

     En 1933, el Gobierno chileno destaca a Gabriela Mistral en Madrid, y en 1935 aprueba una ley especial por la que se le concede el cargo consular de modo vitalicio, iniciativa promovida por un grupo de intelectuales europeos entre los que se encuentran Miguel de Unamuno, Romain Rolland, Ramiro de Maeztu y Maurice Maeterlinck entre otros. Desavenencias surgidas con los intelectuales españoles la llevan a abandonar pronto el país y a establecerse en Lisboa.

    En 1936 se traslada a Lisboa donde lleva una vida feliz, tranquila y de gran producción. En suelo lusitano escribe la serie de poemas llamada 'Saudade', que aparecerá incluida más tarde en su libro 'Tala'.

     Cuando estalla la Guerra Civil española, acontecimiento que la golpea profundamente, su vinculación con el Comité de Cooperación Intelectual le permite prestar ayuda a los profesores españoles que han dejado el país huyendo de la guerra.

    En 1938 publica 'Tala', su tercer poemario. La poeta destina los derechos de autor a los niños españoles víctimas de la guerra civil. Tala es un nombre alegórico que simboliza la cosecha, unos poemas que están esperando a ser recolectados.

   Luego de 13 años sin pisar suelo chileno regresa a su país, donde es recibida calurosamente y homenajeada por las principales instituciones y por la intelectualidad. Para Gabriela el reencuentro con los paisajes de su infancia resulta muy emotivo. Tiene la oportunidad de visitar nuevamente su adorado valle de Elqui.

   En 1939 parte rumbo a Francia, concretamente a Niza, para desempeñar sus funciones consulares. Comienza a hablarse de la candidatura de Gabriela Mistral al Premio Nobel, campaña encabezada por la escritora ecuatoriana Adelaida Velasco Galdós y respaldada por los más destacados intelectuales latinoamericanos del momento

   En 1940, y para huir de la guerra, solicita ser trasladada a Brasil, adonde viaja con su sobrino Yin-Yin. En Petrópolis, ciudad próxima a Río de Janeiro, entabla contacto con el escritor judío de origen austriaco Stefan Zweig y su esposa, quienes huyendo de los horrores de la guerra y de la persecución nazi se habían refugiado en el país sudamericano.

   En 1942 y ante la amenaza inminente de ser entregados a los nazis, Stefan Zweig y su mujer se suicidan, lo que constituye un tremendo golpe para Gabriela, quien un año más tarde sufriría otro terrible dolor: su sobrino Yin Yin se suicida con arsénico.

PREMIO NOBEL

  En 1945, cuando tenía 56 años, Gabriela Mistarl recibe el Premio Nobel de Literatura. Es la primera vez que un escritor latinoamericano es reconocido con tan alta distinción.

   En su discurso ante la Academia Sueca declara: "Hoy Suecia se vuelve hacia la lejana América Ibera para honrarla en uno de los muchos trabajadores de su cultura. El espíritu universalista de Alfred Nobel estaría contento de incluir en el radio de su obra protectora de la vida cultural al hemisferio sur del continente americano tan poco y tan mal conocido".

   A partir de entonces, los reconocimientos se suceden de manera continua: Francia le concede la Legión de Honor, Italia el doctorado honoris causa de la Universidad de Florencia, y Cuba la medalla Enrique José Varona de la Asociación Bibliográfica y Cultural.

   Tras desempeñarse como cónsul en México y Nápoles, en 1951 recibe el Premio Nacional de Literatura de Chile, cuya dotación destina a los niños sin recursos que viven en el valle de Elqui.

   Para entonces, la diabetes afecta su capacidad visual y su cansado corazón comienza a resentirse. En 1953 es designada cónsul en Nueva York y sus problemas de salud se agravan.

   En 1954 viaja a su país natal luego de 16 años de ausencia. 'Lagar', su cuarto poemario, es publicado por la editorial chilena Pacífico. Gabriela se siente satisfecha con esta publicación por ser la primera vez que uno de sus poemarios es lanzado en su Chile natal.

   A su regreso a Estados Unidos su salud se ve seriamente debilitada. En 1956 participa en el que será su último acto público: el encuentro de la Unión Panamericana en Washington. Los médicos diagnostican a Gabriela cáncer de páncreas. El Gobierno chileno aprueba conceder a la poeta una pensión vitalicia.

   En 1957 el estado de salud de la poetisa empeora gravemente. Tras ser internada en el hospital comienza su agonía, hasta que en la madrugada del jueves, 10 de enero, mientras la ciudad de Nueva York es cubierta por un espeso manto de nieve, muere.

     Las palabras de su poema 'La extranjera' adquieren más relevancia que nunca: "Vivirá entre nosotros ochenta años, / pero siempre será como si llega []. Y va a morirse en medio de nosotros, / en una noche en la que más padezca, / con sólo su destino por almohada, / de una muerte callada y extranjera".

   Tras conocer la noticia de su fallecimiento la ONU interrumpe la sesión que estaba celebrando para rendir tributo a la memoria de esta gran poeta. Los homenajes a su memoria se suceden por todo el mundo: Francia, España, Estados Unidos, Suecia, Líbano y toda Latinoamérica honran su persona y su obra. Los restos de Gabriela son trasladados a su Chile natal.

   Se decretan tres días de luto oficial y multitud de personas le rinden el último homenaje. Gabriela es enterrada en Santiago, con el hábito de San Francisco según su deseo, mientras se construye su panteón. En su testamento lega los derechos de sus obras publicadas en el hemisferio sur a los niños pobres de Montegrande, los relativos a las obras publicadas en el hemisferio norte a Doris Dana y a Palma Guillén, quien a su vez los lega a los niños pobres de Montegrande.

    En 1960, los restos de Gabriela son trasladados al cementerio de Montegrande, donde, según la claúsula IX de su testamento, quería reposar, en su adorado valle de Elqui, en el pueblo donde pasó su infancia y estudió las primeras letras: "Es mi voluntad que mi cuerpo sea enterrado en mi amado pueblo de Montegrande".

   En 1967, la editorial Pomaire de Santiago de Chile publica su último libro, 'Poema de Chile', en el que la poetisa había trabajado sin descanso en los últimos veinte años de su vida.