Actualizado 23/09/2018 03:29

Pablo Neruda sigue siendo poesía

Pablo neruda
EL CIUDADANO - Archivo

   SANTIAGO, 23 Sep. (Notimérica) -

   Diplomático, comunista, su obra rezuma compromiso político, social y desesperación. Una vida difícil, en la que hizo cosas no del todo correctas, que le llevaron a escribir "los versos más tristes esta noche".

   Huérfano de madre, muerta al mes de nacer él, no encontró en su padre el apoyo que necesita cualquier niño. Así, para que no se avergonzara, empezó a firmar sus poemas como Pablo Neruda en vez de con su nombre real, Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basolta. El por qué de la elección de tal pseudónimo no se sabe a ciencia cierta.

   Gabriela Mistral le introdujo en la ideología y literatura de la Unión Soviética, pensamientos que le acompañaríancl durante el resto de su vida. Estudió Pedagogía en francés en la Universidad de Chile mientras empezaba a ganar sus primeros concursos de poesía.

   Su carrera como cónsul le llevó desde Buenos Aires a Sri Lanka, empapándose de las culturales locales. En Madrid, convivió en la Residencia de Estudiantes con la Generación del 27, entablando una profunda amistad con el también poeta Federico García Lorca.

   El fusilamiento de este al estallido de la Guerra Civil Española (1936-1939) le marcó profundamente, introduciéndose aún más en el comunismo. Desde su puesto, pudo fletar diversas embarcaciones para que cientos de españoles salieran del país dirección a América.

   

NERUDA Y ALLENDE

   Su elección como senador por las provincias de Tarapacá y Antofagasta le dio mayor repercusión a sus ideas, aunque el cargo le duró poco. Tras leer el discurso 'Yo acuso' en plena Cámara Alta chilena, el presidente González Videla mandó su detención.

   Viajando por Europa, no echó raíces en ningún lugar hasta la vuelta a su país natal después de tres años. Elegido como candidato para la Presidencia, renunció a favor de su amigo Salvador Allende, quien lo designó embajador en Francia posteriormente.

   En 1971 se convirtió en el tercer escritor iberoamericano y el segundo chileno en ganar el Premio Nobel de Literatura. En la cúspide de su carrera, su salud le haría reconsiderarlo todo.

SOSPECHAS DE ENVENENAMIENTO

   Su última aparición pública fue el 5 de diciembre de 1972 en un homenaje en el Estadio Nacional. Enfermo de cáncer de próstata, la muerte le sobrevino el 23 de septiembre de 1973, hace hoy 45 años, días después del suicido de Allende y del golpe de Estado de Augusto Pinochet.

   Muchos clamaron por la conspiración, asegurando que el poeta había sido envenenado. Lo cierto es que, después de cuatro entierros, no se han hallado indicios de tal cosa.

   Considerado uno de los mejores poetas de todos los tiempos, los versos de Neruda son reconocibles inmediatamente. Más allá de su famoso 'Veinte poemas de amor y una canción desesperada' (1924), se esconde un hombre trágico y triste tildado de genio.

UN GENIO CON SUS SOMBRAS

   'Crepusculario' (1923) fue su primer y apresurado libro, un recopilatorio de sus poemas de juventud con los que nunca estuvo a gusto. 'España en el corazón' (1937) presenta su madurez y conciencia, una elegía contra el fascismo.

   'Canto general' (1950) honra a todos los pueblos de Iberoamérica, señalando sus virtudes y defectos. 'Las uvas y el viento' (1954) le valió el Premio Stalin a la Consolidación de la Paz entre los Pueblos.

   Donó parte de su biblioteca personal a la Universidad de Chile, así como parte de las maquetas de trenes que poseía. A su muerte, sin embargo, su casa fue saqueada y fueron quemados múltiples manuscritos.

   Pese a que la erótica femenina ocupa gran parte de su producción literaria, en los últimos años se ha tomado con pinzas 'Confieso que he vivido' (1974) donde narra una violación que cometió siendo cónsul en Asia. Cabe añadir que, exceptuando a Matilde Urrutia, abandonó a todas las mujeres que le quisieron.

   Vanguardista y surrealista, plasma en sus versos desde lo más sentimental hasta lo más mundano y cruel con el máximo detalle.

   Su constante apelación al lector, adjetivos cuidadosamente seleccionados, la dualidad entre el crepúsculo y el mar, lo sentimental, lo finito y lo inalcanzable lo configuran como uno de los mejores y más influyentes escritores iberoamericanos de la historia.