El largometraje fue premiado en la sección 'Horizontes Latinos' del Festival de Cine de San Sebastián (España).
SAN SEBASTIÁN (ESPAÑA), 27 Sep. (Notimérica) -
La directora chilena Pepa San Martín estrenó en la última edición del Festival de Cine de San Sebastián (España) su primera película, 'Rara', una mirada acogedora sobre la diferencia y la normalidad. Presentada en la sección 'Horizontes Latinos', la cinta fue premiada en la ceremonia de clausura del evento el pasado sábado 24, con una dotación de 35.000 euros (unos 39.000 dólares) para su distribución y comercialización en Europa.
Con este apartado, el festival presenta películas inéditas en España producidas total o parcialmente en América Latina que hayan sido dirigidas por cineastas de origen latino y aborden aspectos de las comunidades de dicha región. Principalmente, el objetivo de la sección es la potenciación del cine latino que, generalmente, no tiene los mismos privilegios que las películas del país vecino, Estados Unidos.
La ópera prima de San Martín ha hecho doblete en esta edición número 64 del festival: también ha sido premiada con el Premio Sebastiane Latino, un galardón concedido al largometraje latinoamericano estrenado el año anterior que mejor represente la defensa de los valores y las reivindicaciones del colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (LGTB).
'Rara' se basa en el caso real de la jueza Karen Atala, a quien la Justicia de Chile le arrebató sus tres hijas por su condición sexual. En la película, Sara (Julia Lübbert) y su hermana pequeña Cata (Emilia Ossandón) conviven con su madre (Mariana Loyola) y su pareja, Lía (Agustina Muñoz), en un ambiente marcado por el constante cambio y la mirada crítica de su padre (Daniel Muñoz).
Notimérica tuvo la oportunidad de conversar con la realizadora chilena pocas horas antes a su gran estreno para el público.
Pregunta: Aparte de estos merecidos premios, por los que le damos la enhorabuena, ¿qué recibimiento por parte de los espectadores cree que está teniendo su película?
Respuesta: Para mí, la presentación de esta película forma parte de un momento muy especial. La llevamos a Berlín y ganamos en la 66º edición de la Berlinale el premio en la categoría 'Generation Kplus' destinada al público de niños y adolescentes.
P: ¡Menuda sorpresa! ¿Eso quiere decir que se trata de una película para niños?
R: Yo quería hacer una película LGTB inclusiva y eso suponía un gran desafío. Fue pensada y sentida para el público de los 'convencidos' y de los que aun no están convencidos en materia de homosexualidad y creo que hemos logrado que se diferencie de las demás. Dependiendo de la edad y la mentalidad se entiende de una forma u otra.
Por ejemplo, después de la proyección, se me acercó una mujer que me confesó que se veía completamente reflejada en los personajes a pesar de ser heterosexual. Fue maravilloso ver cómo se había roto el mito de que una persona heterosexual podía verse reflejada en un personaje gay. Es ver que la sociedad está avanzando y constituye un nuevo reto para mí.
P: Podría decirse que la película gira desde el punto de vista de su personaje protagonista, que es Sara, aunque quizás lo más llamativo es que en los planos incluye a todo el mundo...
R: Sí, todo el largometraje está filmado con un solo lente para incluir siempre a todos los personajes porque todos tienen la misma importancia, ya que son objeto de constantes cambios. Me gusta trabajar con capas porque la lectura del público es diferente.
P: Por tanto, se trata de un largometraje con doble sentido, pero ¿en qué lo ha notado?
R: Con otro ejemplo personal. Conocí a una periodista que había visto la película con sus hijas y cada una interpretó la película a su manera. Mientras que la madre se había centrado en el proceso de separación del matrimonio en los personajes adultos, las niñas se habían quedado con el tipo de relación entre las hermanas. Al fin y al cabo, yo quería hacer una película familiar para poder comentarla al salir de la sala de cine.
P: Escoge metáforas muy sutiles para representar a los mismos personajes. Pongo por caso la escena del gato...
R: El gato representa al homosexual, que nadie lo quería. Pero intento demostrar cómo el amor puede cambiar esa relación y es el punto diferenciador frente al resto. No quiero presentar un film que quiera protegerse del público o quiera lapidar al espectador, es todo lo contrario porque con frecuencia nos encontramos con historias que retratan de forma equívoca a los homosexuales.
P: El personaje de Sara es el fiel retrato del cambio, no solo por la edad crítica que en la que se encuentra, sino también por las transformaciones de su mundo exterior. ¿Está convencida de la situación que está viviendo en su casa? ¿La acepta?
R: Creo que sí, ese es el punto esencial porque existe una mala interpretación de los actos por parte de su padre. No hay que pasar por alto que Sara se encuentra en la adolescencia, un momento crucial en la vida de cualquier persona. Es el tiempo en el que se tratan temas muy delicados y todo deja de ser tan maravilloso como se pensaba. El conflicto de la adolescencia se produce cuando todo se trastoca. Ella no quiere pensar que algo es genial porque lo digan los demás.
P: Indudablemente, con 'Rara' trabaja un retrato sobre la homosexualidad completamente diferente al que hemos conocido a través de otras películas relacionadas. Pero lejos de lo que se ve en el cine, ¿cuál es su opinión sobre su situación en la actualidad?
R: A pesar de que las leyes hayan avanzado, los homosexuales seguimos teniendo que demostrar que somos normales. Tenemos que ser un buen hijo, un buen amigo, un increíble trabajador. Si somos 'súper' va todo bien, bajo lo establecido como lo correcto. Sin embargo, si nos salimos de eso, se nos juzga con otra mirada.