Actualizado 08/07/2015 22:35

ANALISIS-MUNDIAL-Messi va de mayor a menor con Argentina y gana premio consuelo: el Balón de Oro

Por Javier Leira

RIO DE JANEIRO, 13 jul, 14 Jul. (Reuters/EP) -

- Lionel Messi fue el futbolista más desequilibrante de Argentina en el Mundial, erigiéndose como su líder y figura indiscutida, pero una vez más su postal mundialista será la imagen del llanto desconsolado después de que el equipo perdiera el domingo ante Alemania, quedando a un paso del primer título en 28 años.

El delantero del Barcelona estuvo bien contenido por Alemania a lo largo de los 120 minutos del encuentro y nunca logró sintonizar con sus compañeros para replicar el juego brillante de la primera fase del torneo.

La imagen de la última pelota que tocó, un tiro libre que fue a parar a la tribuna ocupada por los hinchas alemanes fue un sinónimo de su impotencia.

Pese a esto, el pequeño delantero se quedó con el Balón de Oro de la Copa del Mundo.

Messi fue clave en las cinco victorias seguidas que llevaron a Argentina a las semifinales, y pese a que no brilló también tuvo algunos momentos de genialidad en el empate 0-0 ante Holanda en la serie de los cuatro mejores, cuando la "albiceleste" pasó de ronda tras ganar la definición por penales.

"Hace rato que está en el olimpo de los grandes (...) Fue un factor fundamental para que llegáramos donde llegamos", dijo el entrenador argentino, Alejandro Sabella, sobre Messi en conferencia de prensa tras la caída ante Alemania.

El atacante del Barcelona jugó los siete partidos del equipo en Brasil, marcó cuatro goles y fue elegido como el mejor del encuentro en las primeras actuaciones de Argentina.

Su gol a Irán, un remate esquinado desde fuera del área tras una de sus clásicas corridas de derecha a izquierda, es uno de los mejores de la Copa, y su nivel fue infinitamente superior al mostrado hace cuatro años en Sudáfrica, cuando se despidió del torneo en cuartos de final sin haber marcado un solo gol.

Esta vez, sus actuaciones alentaron las esperanzas de los hinchas argentinos, que soñaban con que el "enano", como le dicen sus compañeros, llevara al equipo a las alturas que no alcanza desde 1986 de la mano de Diego Maradona.

Luego de años de vivir a la sombra de Maradona, el ídolo indiscutido de los argentinos y quien lo dirigió en Sudáfrica, Messi logró en los últimos tiempos sacarse el manto de duda que siempre se cernía sobre él por su falta de contacto con el país.

El esmirriado atacante se fue a vivir a Barcelona a los 13 años, luego de que ningún club quisiera hacerse cargo de un tratamiento para acelerar su crecimiento.

Sus notables actuaciones con el Barca, donde ha ganado innumerable cantidad de trofeos y premios individuales -como cuatro Balones de Oro-, contrastaban con su falta de éxito en Argentina.

En casi 10 temporadas en el equipo mayor nunca conquistó ninguna corona. Sus únicas celebraciones con la "albiceleste" han sido el Mundial sub-20 en 2005, un año después de elegir a Argentina por encima de España, y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008.

Messi marcó en los tres encuentros por la fase de grupos. Pero su influencia no terminó allí, ya que en octavos de final mostró su genialidad a los 117 minutos de partido, cuando dejó solo frente al arquero a Angel Di María, quien anotó cuando parecía que los penales eran el destino inexorable ante Suiza.

Pocos días después estuvo más apagado ante Bélgica, pero mostró la cara opuesta de la moneda: marcó, corrió a los rivales, se sacrificó como nunca y hasta cometió alguna falta que mereció una tarjeta amarilla.

El miércoles, con Holanda, mostró pinceladas de calidad ante un equipo que lo marcó con severidad desde el primer minuto. Y anotó su nombre con un buen remate en la definición por penales.

El domingo, otra vez se vio asfixiado por la marca de Alemania y nunca logró desequilibrar, pese a un par de disparos que pusieron en aprietos al alemán Manuel Neuer.