Actualizado 22/06/2018 09:04

La leyenda del portero salvadoreño Luis Ricardo Guevara

Guevara
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   SAN SALVADOR, 21 Jun. (Notimérica) -

   Para los amantes y no amantes del fútbol cada cuatro años tiene una cita muy especial: el Mundial. Cuando la pelota comienza a rodar, siempre hay alguien se acuerda de él, del salvadoreño Luis Ricardo Guevara Mora, considerado el peor portero de la historia de los mundiales.

   Guevara nació en San Salvador, proveniente de una familia muy humilde este era un chico alto, atlético y que le gustaba jugar al baloncesto y al béisbol. Cuando le propusieron ser portero de un equipo de fútbol le pareció gracioso y lo intentó, según ha informado el diario español 'El País'.

   A los 17 años debutó en la selección de su país; dos años después fue su arquero en las eliminatorias para el Mundial de España 82 donde Guevara fue clave tras recibir únicamente un gol.

   Llegar a España fue de todo salvo sencillo. La Federación salvadoreña en aquel momento era pobre y la selección tardó en llegar hasta tres días a Elche para disputar su primer partido. Sin embargo, esto no afectó a los jugadores que lo único que querían era comenzar el mundial en un grupo en el que no lo iban a tener nada fácil Hungría, Argentina y Bélgica eran sus rivales.

   Comenzó el Mundial, El Salvador se enfrentaba en su primer partido a Hungría y salieron valientes decidieron ir al ataque. Sin embargo, a los cinco minutos de partido ya iban perdiendo. Cuando Guevara llevaba encajados seis goles su entrenador decidió cambiarlo, pero el portero suplente se negó a entrar y tuvo que seguir. Al final del encuentro, los húngaros habían cosechado la victoria más abultada de la historia de los mundiales: 10-1. En el millar de partidos que se llevan jugados desde que el torneo empezó, en 1930 y en Montevideo, nunca hubo nada igual.

   Aquel día, Guevara levantó, sin quererlo, pasó a la historia de los mundiales. Tenía 20 años y se convirtió en el hombre que más goles sufrió en un partido de un Mundial.

   Tras perder lo dos siguientes encuentros, la selección volvió al país donde el arquero fue recibido entre multitud de insultos. Este se convirtió en el símbolo del desastre, incluso sufrío un intento de asesinato cuando le dispararon 22 tiros mientras conducía su vehículo, por suerte resultó ileso.