SAN JOSÉ, 29 Jul. (Notimérica) -
Cuando la futbolista de origen costarricense Melissa Herrera fue fichada en el equipo estadounidense FC Indiana pensaba que su carrera en el mundo del deporte se catapultaría, tal y como ella llevaba ansiando durante años, sin embargo, pronto se dio cuenta de que estaba equivocada.
Herrera dejó su país natal en busca de mejores oportunidades: un mejor equipo, con mejores entrenadores, fisioterapeutas, equipamiento... No obstante, se dio cuenta de que la realidad era muy distinta y que el club en cuestión no contaba ni con las condiciones mínimas que sí existían en el país iberoamericano.
Después de permanecer 30 días en el equipo decidió desvincularse como consecuencia de las malas condiciones en las que estaba viviendo: "el dinero no compra la felicidad", ha señalado la deportista en declaraciones recogidas por el diario local 'La Nación'.
Aunque las condiciones económicas sí resultaban muy superiores en Estados Unidos, sus entrenadores restringían sus tiempos de ocio. Según ha explicado la tica, no podía salir a conocer la ciudad o la cultura del nuevo país.
"No tenía derecho a salir ni nada, entonces por ese lado me sentía encarcelada", ha detallado. Todo el tiempo de la jugadora se dividía entre su apartamento y el estadio, donde se sorprendió de encontrar un equipamiento con las mismas carencias que el costarricense.
"No había médico, ni fisioterapeuta, ni uniformes para entrenar, algo muy raro", ha explicado la futbolista, que se vio además increpada, en varias ocasiones, por su entrenador, que temía que pudiera estar compartiendo información con otros equipos.
"Yo sentía que estaba en un equipo de barrio. En el momento pensé que la oferta era buena por ser segunda división de Estados Unidos, pero en realidad el nivel era similar al de aquí", ha continuado.
En la actualidad, la futbolista no le cierra las puertas al fútbol internacional, aunque ahora cuenta con una agente encargado de gestionar las mejores condiciones para ella.