Actualizado 19/11/2014 09:57

Juicio a exmagnate brasileño Batista por usar información privilegiada

Eike Batista y Rousseff
Foto: RICARDO MORAES / REUTERS

RÍO DE JANEIRO, 19 Nov. (Reuters/EP) -  

   Eike Batista, quien llegó a ser el hombre más rico de Brasil, acudió el martes a un tribunal de Río de Janeiro para ser juzgado por cargos de uso de información privilegiada antes de la quiebra de su firma petrolera OGX, la mayor en la historia de América Latina.

   El excéntrico empresario, que llegó a estacionar su coche deportivo en el salón de su casa y se casó con una modelo de Playboy, permaneció en silencio cuando llegó a la corte y ocupó uno de los asientos delanteros. Vestido con un traje gris con raya diplomática y una corbata azul clara, estaba rodeado por cuatro abogados.

   Batista debe responder por la venta de 236 millones de reales (98 millones de dólares) en acciones de la petrolera que fundó, así como por la promesa incumplida de invertir 1.000 millones de dólares en la empresa.

   La firma, conocida entonces como OGX, se llama ahora Oleo e Gas Participacoes SA. Cuando OGX se declaró en quiebra tenía una deuda de 5.100 millones de dólares, lo que la convirtió en la mayor bancarrota de Latinoamérica.

   Si es condenado por uso de información privilegiada y manipulación del mercado, Batista podría enfrentarse a entre uno y cinco años de cárcel, con multas hasta tres veces superiores a cualquier beneficio que haya obtenido en las operaciones presuntamente ilícitas.

   Los fiscales alegan que sus acciones costaron a los inversores 1.500 millones de reales (580 millones de dólares) y ya fue congelada una cantidad equivalente de activos suyos y de su familia.

   El juicio también es considerado como una prueba para los delitos de cuello blanco en Brasil, donde los procesos tienden a ser aplazados continuamente a través de apelaciones y pocos llegan a pasar algún tiempo en la cárcel.

   La comparecencia de Batista se produce en medio de un creciente escándalo en la compañía estatal Petróleo Brasileiro SA (Petrobras), que proyecta sombras sobre el sector petrolero brasileño y despierta dudas sobre la corrupción política y corporativa.

   El juicio se centra en las ventas de acciones que hizo Batista en mayo y junio del año pasado, justo antes de que OGX anunciara que no sería capaz de producir todo el petróleo que esperaba en varias plataformas en alta mar. Batista aseguró que estaba legalmente obligado a vender los títulos para pagar deudas que habían vencido.

   La corte intentará determinar igualmente si Batista y OGX hicieron lo correcto cuando decidieron no cumplir con la promesa del magnate de invertir 1.000 millones de dólares.

   Batista argumenta que el colapso de su imperio le impidió honrar el compromiso y que fue engañado por los ejecutivos de la compañía sobre el verdadero potencial de los yacimientos petroleros de OGX.

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