Actualizado 31/03/2017 05:47

Una cementera mexicana podría colaborar en la construcción del muro de Trump

   CIUDAD DE MÉXICO, 23 Nov. (Notimérica) -

   El mexicano Grupo Cementos de Chihuaua (GCC) podría vender materiales para el muro fronterizo que ha prometido construir el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, con el que busca impedir el ingreso de migrantes ilegales a través de México.

   En una entrevista con Reuters, el directivo de la empresa mexicana, Enrique Escalante, aseguró que podría tomar parte en la obra suministrando a los constructores del concreto y el cemento necesarios para su ejecución.

   "No podemos ser selectivos", comentó el responsable de GCC, que tiene su sede en el fronterizo estado mexicano de Chihuahua. "Somos un productor importante en esa zona y tenemos que respetar a nuestros clientes en ambos lados de la frontera", añadió.

   Además, Escalante considera que la firma también podría beneficiarse de las promesas de Trump de impulsar otros importantes proyectos de infraestructura y energía en el mercado estadounidense --donde GCC tiene tres plantas-- y que supone un 70 por ciento de sus ventas totales; el 30 por ciento restante proviene de México.

"Para el negocio en el que nosotros estamos, Trump es un candidato que favorece bastante la industria", indicó el directivo, que ve otro elemento a su favor en la caída del peso mexicano.

   De acuerdo con los datos reportados por Reuters, las acciones de la compañía ganaban un 1,59 por ciento por en la bolsa local a seis pesos, su precio más alto desde enero de 2008.

EL MURO

   El magnate estadounidense reiteró a lo largo de su campaña que construiría un muro entre México y Estados Unidos. Para el republicano, la construcción se presenta como una posible solución para paliar las deficiencias del sistema migratorio actual que, bajo su punto de vista, pone en ventaja a los inmigrantes indocumentados por encima de los estadounidenses.

   Sin embargo, el coste de este muro superaría los 10.000 millones de dólares, una cantidad que, según Trump, pagará el Gobierno mexicano a través del bloqueo de las remesas que recibe el país iberoamericano de sus inmigrantes en Estados Unidos.

   La barrera sería de unos 3.200 kilómetros de longitud, recorriendo un vasto desierto y montañas a lo largo de la frontera más transitada del mundo.