Actualizado 28/04/2016 15:02

¿La economía colaborativa es la clave para el desarrollo de Iberoamérica?

Economía colaborativa mesa redonda
TWITTER/@SEBASTIN_JIMNEZ

   MADRID, 28 Abr. (Notimérica) -

   En los últimos años, la idea de "compartir en vez de poseer" ha ido ganando fuerza en los países más desarrollados. Este es el lema de la llamada economía colaborativa, que ha surgido, en gran medida, gracias a las nuevas tecnologías.

   En este sector, países como Francia o Estados Unidos encabezan un mercado que, en muchos estados iberoamericanos, aún está por descubrir.

   Con el objetivo de conocer mejor la situación de la economía colaborativa en dicha región y plantear los retos y oportunidades que ésta trae consigo, el Instituto de Empresa (IE) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) elaboraron un informe titulado 'Economía Colaborativa en América Latina'.

   Este miércoles, en la Casa de América de Madrid (España), los principales conductores de este estudio, junto con varios empresarios del sector, presentaron sus resultados y dialogaron acerca de las conclusiones obtenidas.

   Según uno del los responsables del proyecto y profesor del IE Business School, Ricardo Pérez Garrido, "la economía colaborativa presenta grandes oportunidades para las economías en desarrollo, como la de América Latina".

"Su potencial para generar empleo y riqueza movilizando recursos infrautilizados y su componente social y de comunidad le hace encajar en una sociedad que cada vez se preocupa más por estos temas", agregó el experto.

   En Iberoamérica, los datos indican que es mayor su potencial que su actual influencia. "Son iniciativas muy jóvenes, pero también muy optimistas", apuntó.

BRASIL, LÍDER EN ECONOMÍA COLABORATIVA

   Dentro de la región, Brasil lidera este campo. De hecho, el 32 por ciento de las empresas se encuentran en el país sudamericano. ¿Los motivos? "El no compartir idioma con sus vecinos y el tamaño de mercado hacen también que sus iniciativas estén parcialmente protegidas del entorno y que, a su vez, más jugadores internacionales quieran entrar".

   Asimismo, Pérez Garrido aventuró que la crisis también podría haber tenido un papel clave en la expansión de la economía colaborativa. "Los ciudadanos están aún más dispuestos a hacer cosas distintas", dijo.

   No obstante, a pesar del creciente impacto de estos negocios más innovadores en la economía brasileña, sus finalidades son tradicionales. En el 27 por ciento de los casos se tratan de transacciones relacionadas con el alquiler o 'renting', mientras que el 15 por ciento son de producción o 'marketing'.

"Las iniciativas más innovadoras pero menos claras, como el acceso a capital de empresas, no son muy frecuentes", destacó el profesor, quien agregó que, por el contrario, "están en auge en Europa y Estados Unidos". La principal razón se podría achacar a la necesidad de un alto nivel de confianza y apoyo institucional.

LA DESCONFIANZA PARALIZA AL EMPRESARIO

   Al respecto, los fundadores brasileños destacan que su principal obstáculo al crecimiento de las iniciativas se centra en el desconocimiento de los posibles usuarios o clientes, que aunque parecen conocer casos de éxito, no parece que entiendan bien los modelos, lo que les genera desconfianza.

   Este problema también está presente en el resto de los países de la región, con economías colaborativas menos desarrolladas. Según el informe, México y Argentina ocupan el segundo lugar en esta lista, con un 13 por ciento de empresas registradas, y después Perú, con un 11 por ciento.

   En cuanto al resto de los estados de la región, cuentan con porcentajes comprendidos entre el nueve por ciento, en el caso de Colombia, y el uno por ciento, en Ecuador y Honduras.

   "Aún queda mucho por hacer, pero hay optimismo y mercados bloqueados, que es lo fundamental para que estos negocios funcionen", aseguró Pérez Garrido.

   Esta afirmación estuvo apoyada por varios empresarios del sector, quienes ven en las regiones en desarrollo el futuro de la economía colaborativa.

   Tanto el representante de Blablacar en España y Portugal, Jaime Rodríguez, como el fundador de Alterkeys y director de Estrategia de Bemate.com, Chema González, además del responsable de Ouishare España, Albert Cañigueral, son líderes de economías colaborativas que están presentes o tienen interés en América Latina.

   Dentro de los diferentes campos, el de movilidad y transporte posee grandes oportunidades. De acuerdo con el responsable de Blablacar, empresa encargada de poner en contacto a conductores y viajeros para que compartan gastos, gracias a su idea "en América Latina se habilita la movilidad".

   "En Europa, Blablacar funciona como una plataforma complementaria. Sin embargo, en regiones como Latinoamérica, que cuentan con las infraestructuras necesarias pero el transporte público es ineficiente, se habilita la movilidad", aseguró Rodríguez, quien informó de que su compañía está presente en México y Brasil, aunque esperan expandirse por toda la región.

   En cuanto al sector hotelero, un ejemplo de economía colaborativa es Alterkeys. La empresa, fundada por González, consiste en una comunidad 'online' donde se pueden registrar y reservar alojamientos para un periodo corto de tiempo. Por el momento, esta plataforma no ha aterrizado en Latinoamérica, aunque sí que lo ha hecho en Miami (Estados Unidos).

   "Para nosotros Miami es la puerta de entrada para el mercado latinoamericano, donde esperamos llegar al menos a México, Colombia y Brasil", declaró el fundador.

   "En estos momentos en la región tenemos una foto similar a la de Europa hace tres o cuatro años, es cuestión de tiempo", agregó.

   Así, América Latina se presenta como una gran y atractiva oportunidad para estos nuevos modelos de negocio que, día tras día, están ganando peso en el mundo actual.

LOS DOS GRANDES RETOS

   Sin embargo, como todas las ideas innovadoras, ésta trae consigo diversos retos. Al respecto, tanto el académico como los empresarios coincidieron en que estos desafíos podrían resumirse en dos: la regulación y la industria tradicional.

   Sobre el primero de ellos, el responsable de la compañía hotelera se mostró optimista. "Hoy las circunstancias no nos acompañan, pero el cliente está de nuestra parte, por lo que con el tiempo esto dejará de ser un problema", pronosticó González.

   En cambio, el segundo de los retos, relativo al comportamiento de la industria tradicional, genera más incógnitas. Mientras que algunas compañías han optado por adaptarse a las nuevas necesidades, como es el caso de la cadena de hoteles Be Mate, que compró recientemente la empresa Alterkeys, otras tratan de frenar estos nuevos negocios.

   "Algunos, en vez de renovarse, intentar paralizarnos. Los modelos tradicionales tienen que aprender a convivir con nosotros, y viceversa", sentenció Rodríguez.