Actualizado 30/01/2015 11:11

EEUU sentencia a trece años de cárcel a un venezolano acusado por un fraude millonario

NUEVA YORK, 30 Ene. (Reuters/EP) -  

   Un ciudadano venezolano ha sido sentenciado este jueves a trece años de prisión por llevar adelante una estafa piramidal en el estado de Connecticut que, de acuerdo a fiscales estadounidenses, causó 382,2 millones de dólares en pérdidas, afectando incluso a la petrolera estatal venezolana PDVSA.

   Francisco Illarramendi, de 45 años, fue sentenciado tras declararse culpable en marzo del 2011 de cinco cargos criminales, entre ellos fraude, fraude electrónico, conspiración para obstruir a la justicia y estafa a la Comisión de Valores de Estados Unidos.

   La sentencia fue impuesta por el juez distrital Stefan Underhill en la localidad de Bridgeport, Connecticut. Los fiscales habían pedido al menos 12 años de cárcel.

   Illarramendi había solicitado una condena inferior a los seis meses de arresto domiciliario, tras estar bajo custodia de las autoridades desde que su fianza fuese revocada en enero del 2013. Un receptor nombrado por el tribunal ha recuperado más de 300 millones de dólares para las víctimas del fraude.

   El abogado del acusado, Stephan Seeger, ha explicado en una entrevista telefónica que la sentencia ha sido calculada incorrectamente y que buena parte de las pérdidas denunciadas "han sido o pueden ser recuperadas fácilmente".

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   "Nuestra intención es apelar la sentencia", ha añadido Seeger, pese a que el Gobierno estatal lo ha descrito como el mayor esquema 'Ponzi' (un tipo de operación fraudulenta de inversión) en la historia de Connecticut.

   Hijo de un diplomático venezolano, Illarramendi trabajó para Credit Suisse entre 1994 y 2004, y más tarde se tomó un periodo sabático en el que empezó a asesorar a la estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA). En el año 2006 fundó la firma Michael Kenwood Group LLC en Stamford, Connecticut.

   Las autoridades estadounidenses dijeron que fue entonces que el ex ejecutivo inició su fraude, que empezó como un esfuerzo por ocultar una pérdida de 5 millones de dólares en una transacción con bonos.

   Según los fiscales, Illarramendi mintió a sus inversores, sobornó a funcionarios venezolanos que le ayudaron a desviar 100 millones de dólares del dinero de PDVSA a sus cuentas y realizó una serie de operaciones para ocultar sus crecientes pérdidas.

   Los fiscales también dijeron que Illarramendi desvió más de 20 millones de dólares para financiar un estilo de vida ostentoso que incluyó una casa tan grande que el monitor electrónico usado por las autoridades judiciales para seguir sus movimientos "era insuficiente para cubrir la totalidad de la propiedad".

   Seeger había dicho que el fraude fue fraguado por funcionarios venezolanos corruptos a los que no nombró, lo que habría dejado a Illarramendi "sin mayor alternativa que seguir adelante para mantener a salvo a su familia".