Actualizado 03/07/2015 19:36

Francia desafía a sus socios europeos con un presupuesto no austero


PARÍS, 1 oct, 1 Oct. (Reuters/EP) -

- Francia lanzó un desafío a sus socios europeos el miércoles al presentar un proyecto de ley de presupuesto para el 2015 en el que retrasa en dos años la reducción de su déficit público a los límites marcados por la Unión Europea debido a la fragilidad de su economía.

"Hemos tomado la decisión de adaptar el ritmo de la reducción de déficit a la situación económica del país", dijo el ministro de Finanzas, Michel Sapin, en rueda de prensa.

"Nuestra política económica no cambia, pero el déficit se reducirá más lentamente que lo previsto por las circunstancias económicas (...) un crecimiento muy débil y una inflación muy débil", añadió.

Según el plan de presupuesto, el déficit público se reduciría del 4,4 por ciento del Producto Interno Bruto este año a un 4,3 por ciento el año próximo, al 3,8 por ciento en el 2016 y a un 2,8 por ciento en el 2017, por debajo de la meta impuesta por la UE del 3 por ciento.

Anteriormente, Francia había prometido a sus socios comunitarios que reduciría su déficit por debajo del 3 por ciento para el año próximo, un plazo que ya se amplió desde el 2013.

"No se exigirán más esfuerzos a los franceses, porque el Gobierno -al tiempo que asume la responsabilidad fiscal necesaria para poner al país en el camino correcto- rechaza la austeridad", dijo el Gobierno en un comunicado.

Sapin, que este mes reconoció que el objetivo de déficit para el 2015 era insostenible, reafirmó las previsiones de que la segunda economía de la zona euro crecería a un modesto 1 por ciento el año próximo, expandiéndose un 1,9 por ciento en el 2017.

El ministro describió los esfuerzos para ahorrar 50.000 millones de euros del gasto público entre este momento y el 2017 como "sin precedentes", al tiempo que reconoció que el volumen total de gasto público aumentaría en un 0,2 por ciento en el período.

Eso implicaría que la deuda pública crezca ligeramente a un máximo del 98 por ciento de la producción en el 2016 antes de una ligera caída en el 2017. El gasto público francés y la carga fiscal total -entre las más elevadas del mundo- caerían modestamente como resultado.

El llamado déficit estructural, una cifra seguida de cerca por los reguladores presupuestarios de la UE ya que prescinde de los efectos del ciclo económico, caerá menos que lo esperado por los socios de Francia, del 2,2 por ciento del PIB en el 2015 al 1,4 por ciento en el 2017.

El presidente entrante de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se encuentra bajo presión para reaccionar con la firmeza suficiente a fin de evitar una pérdida mayor de confianza en las reglas presupuestarias ya cuestionadas del bloque. Entre sus opciones figuran sanciones como multas considerables.

Los defensores del rigor presupuestario, encabezados por Alemania, creen que ha llegado el tiempo para que Francia ponga en marcha reformas estructurales similares a las implantadas por los países en el sur de Europa a raíz de la crisis de deuda de 2009-2012.

Pero París puede contar con aliados en Roma, Atenas, Dublín, Madrid y otras capitales para defender su argumento de que más austeridad sería contraproducente para el frágil inicio de la recuperación en la zona euro.

(Información de Leigh Thomas. Traducido por la Redacción de Madrid; editado por Carlos Aliaga vía Mesa Santiago)