Actualizado 14/09/2017 11:40

¿Qué impacto económico tendrán las últimas tragedias naturales en Iberoamérica?

Huracán 'Irma'.
REUTERS / ALVIN BAEZ

   LA HABANA, 14 Sep. (Notimérica) -

   El paso del huracán 'Irma' por las islas de Caribe, la llegada de 'Katia' a las costas mexicanas y el gran sismo muy poco antes había hecho temblar a los estados del sur del país azteca, no solo han dejado en su conjunto más de un centenar de muertos y número indeterminado de daños materiales, sino que han cargado un lastre económico que será difícil de paliar para los Estados iberoamericanos afectados.

   A los destrozos hay que sumarle los altos costes de reconstrucción, el impacto sobre el turismo o los altos costes que deberán asumir en el mercado de seguros, así como todo lo que rodea la ayuda y atención a los miles de heridos y damnificados por los temporales y el terremoto --con sus consecuentes réplicas--. Así, 'Irma' y 'Katia' podrían haber constituido una de las peores épocas de ciclones y huracanes vividas en la región, hecho al que se le ha sumado la mala suerte de un terremoto de 8,2 grados en México.

   Además, a los dos fenómenos climáticos nombrados, se debe tener en cuenta a 'Harvey', huracán que ha afectado especialmente al estado sureño estadounidense de Texas, donde habitan miles de ciudadanos migrantes de origen centroamericano y mexicano y que, por ende, se han convertido en afectados directos.

   Según publica el diario digital 'Caribbean News', la agencia Moody's ha estimado inicialmente que los daños causado por Harvey ascienden a cifras de entre 51.000 y 75.000 millones de dólares, aunque a medida que pasan los días y que las montañas de escombros y las inundaciones descienden, los costes económicos ascienden. Expertos hablan de pérdidas superiores a 100.000 millones de dólares.

   Por su parte, el huracán 'Irma' ha dejado más de 25 personas muertas en el Caribe, inundando y derribando gran parte de la capital cubana y destruyendo casi completamente algunas islas como Antigua, San Martín y Barbuda. Pero, además, 'Irma' ha acabado con las vacaciones caribeñas de muchos turistas, así como ha dejado sin ellas a muchos otros para, por lo menos, la próxima temporada alta.

   El citado medio hace referencia a las estimaciones del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por su sigla en inglés), el cual planteaba que antes del paso de 'Irma' se esperaba a más de 26 millones de turistas internacionales en el Caribe y una subida del 5.3 por ciento en el desembolso de los turistas en las islas --que el año pasado fue de 31.000 millones de dólares--, algo que no se prevé para este año.

   A pesar de que las autoridades cubanas aseguraron este miércoles que la isla estará preparada para la temporada alta, que se inicia este mes de noviembre, se prevé que haya bajas que afecten a complejos hoteleros, apartamentos y aerolíneas, así como al sector turístico general de la isla, una de las principales bases económicas del país.

   Se incluye a este sector turístico las grandes afecciones a las que va a tener que enfrentarse el sector de los seguros, que por otra parte podría verse beneficiado por otra parte por la afiliación de muchos de los afectados de cara a situaciones similares futuras. Tal y como indica 'Caribbean News', especialistas afirman que las reaseguradoras podrían ser las compañías con las mayores pérdidas, lo podría acarrear un aumento sobre el precio de los seguros a nivel mundial en los próximos meses, incluido Colombia.

TERREMOTO EN MÉXICO

   Respecto al terremoto de magnitud 8,2 que afectó a los estados de Oaxaca y Chiapas, en el sureste mexicano, aún no pueden cuantificarse los daños totales ni tampoco existen cifras exactas sobre los costes que tendrá que asumir los gobiernos estatales, el Gobierno federal ni las aseguradoras.

   A los, en estos momentos, casi 100 muertos y decenas de heridos, se les sumaran millones de pesos perdidos. Únicamente pueden hacerse estimaciones en base a las pérdidas económicas causadas por el temblor similar ocurrido en 1985, las cuales supusieron entre 2,1 y 2,4 por ciento del PIB de ese año, según indicaban la Comisión Económica para América Latina (Cepal).

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