Actualizado 04/12/2014 14:23

PERFIL-Nuevo ministro de Hacienda de Brasil recuperará confianza de mercados con transparencia y metas creíbles

Por Alonso Soto

BRASILIA, 27 nov, 27 Nov. (Reuters/EP) -

- Joaquim Levy, ex secretario del Tesoro Nacional de Brasil y ejecutivo en Banco Bradesco, fue designado el jueves como nuevo ministro de Hacienda, en una señal de que la presidenta Dilma Rousseff quiere cambios en las políticas económicas durante su segundo mandato.

Aunque inicialmente Levy no estaba en el radar de los inversores, su estilo objetivo y pragmático le ha ganado el respeto tanto del mercado como de los miembros del Gobierno de Rousseff.

Doctor en economía por la Universidad de Chicago, Levy es actualmente director superintendente de Bradesco Asset Management, la unidad de gestión de recursos de Bradesco .

En la hoja de vida de Levy también figura su paso previo por el Gobierno, como secretario del Tesoro Nacional durante el mandato de Inácio Lula da Silva.

Las expectativas del nombramiento de Levy y de un distanciamiento de las políticas intervencionistas han influido positivamente en los mercados financieros brasileños durante la última semana, cuando su nombre fue vinculado al nuevo equipo económico de Rousseff.

"Al escoger a Levy, (la presidenta) está tratando de recuperar credibilidad, lo que es vital en este juego", dijo Alberto Ramos, economista de Goldman Sachs, que conoció a Levy en la Universidad de Chicago y después en el Fondo Monetario Internacional.

"Es importante que el equipo (económico) tenga esa voz de la razón, pero a fin de cuentas sigue siendo el Gobierno de Dilma Rousseff".

Una de las grandes dudas es el grado de libertad que va a tener el nuevo ministro de Hacienda para definir las políticas bajo el Gobierno de Rousseff.

La presidenta también es economista y gusta de tomar ella misma hasta las menores decisiones sobre política económica, además de mantener un fuerte control sobre el equipo.

Levy, que también trabajó como investigador del Fondo Monetario Internacional, tiene una tarea difícil: recuperar parte de la credibilidad que se perdió durante la gestión de Guido Mantega.

Las proyecciones optimistas -y con frecuencia equivocadas- de Mantega acabaron por aburrir a los inversores y a algunos de sus colegas del Gobierno.

Pocos economistas conocen las finanzas de Brasil como Levy.

Como secretario del Tesoro entre 2003 y 2006, el funcionario tuvo un papel vital para que las agencias calificadoras de crédito le concedieran a Brasil grado de inversión, al mantener los gastos bajo control y al revisar toda la estructura de la deuda.

Probablemente Levy deba presionar por una mayor transparencia en las cuentas públicas y por metas fiscales creíbles para hacer que el Gobierno tenga un mayor ahorro, ayudando así al Banco Central en su tarea de llevar a la inflación al centro del objetivo oficial.

Desde que Rousseff asumió Gobierno en enero del 2011, la expansión promedio anual de la economía es de menos de un 2 por ciento y para este año y el próximo se prevé que esté cerca de cero, lejos del promedio de 4 por ciento al año de la década previa.