Actualizado 15/05/2017 18:18

Uruguay innova en una nueva estrategia para financiarse en pesos y desdolarizar pasivos

Adanilo Astori
GETTY

   MONTEVIDEO, 15 May. (Reuters/Notimérica) -

   Uruguay apuesta por financiarse en moneda local y a tasas fijas aprovechando el apetito de los inversores por papeles emergentes y una inflación que ha regresado al rango meta, señaló este lunes el director de la Unidad de Gestión de Deuda del Ministerio de Economía y Finanzas, Herman Kamil.

   Para cubrir un déficit fiscal de casi un cuatro por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y sus vencimientos de deuda en 2017, la nación prevé emitir bonos por unos 2.000 millones de dólares y tomar préstamos con organismos multilaterales.

   "Estamos en el momento propicio de desarrollar el mercado en pesos nominales a tasas fijas", indicó Kamil en una conferencia de CFA Institute en Montevideo.

   El ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, anunció hace pocas semanas que el país estudia realizar por primera vez una emisión internacional en pesos nominales. Hasta ahora, el Gobierno ha emitido en el mercado global deuda en moneda nacional indexada a la inflación.

   "Estamos viendo un sostenido incremento de flujos que entran a fondos de inversión que son utilizados para invertir en moneda local en países emergentes. Uruguay no es ajeno a este fenómeno: hemos visto una creciente demanda de títulos públicos en el mercado local por parte de inversores extranjeros", explicó Kamil.

   "Del mismo modo, estamos pasando a una estrategia de desdolarización de nuestro portafolio de deuda de segunda generación", agregó al explicar que "las condiciones están dadas para diversificar monedas desde dólares a otras monedas como yenes y euros", agregó.

   La deuda en dólares de Uruguay representa un 53 por ciento del total, mientras que en moneda local es de un 47 por ciento, donde los pasivos en pesos nominales alcanzan un cinco por ciento, de acuerdo con el último reporte de la Unidad de Gestión de Deuda del Ministerio de Economía y Finanzas.

   El país realizó con éxito dos swaps en el pasado: uno en 2016 con el Banco Mundial, convirtiendo 500 millones de dólares a yenes y pasando de tasa variable a fija; y otro en febrero por 500 millones de dólares a euros.