Actualizado 28/09/2014 12:53

El Presidente de Ecuador niega las torturas a los detenidos en las manifestaciones del 17 de septiembre

Rafael Correa, presidente de Ecuador
Foto: LA MANO SUCIA

QUITO, 27 Sep. (Notimérica/EP) -

   El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha desmentido que los detenidos en las manifestaciones del pasado 17 de septiembre fueran incomunicados o sufrieran torturas, resaltando que la Constitución ecuatoriana no permite este tipo de prácticas.

   "Les pido que sepan asumir las consecuencias de sus actos y a los padres de familia, entiendo su angustia, pero los detenidos son mayores de edad y tienen que asumir sus errores", afirmó el Presidente según recoge la agencia de noticias ecuatoriana Andes.

   Durante su informe semanal de gestiones, emitido desde Aloag (Sur de Quito), el mandatario se dirigió a los padres de los 53 jóvenes detenidos para recordarles que las acciones que se desarrollan sobre ellos están en manos de la justicia y no del Ejecutivo.

   Asimismo, denunció una campaña de los medios de comunicación privados que pretende desacreditar al Gobierno mediante estrategias de "provocación y victimización", en las que se ha afirmado que los detenidos han sido violentados, torturados e incomunicados y en cambio se ha omitido las declaraciones de policías heridos, que en algunos casos necesitarán de cirugías y hasta seis meses de recuperación.

   "No destrocemos la verdad. En ningún medio se presentó la situación de los policías heridos con traumatismos. Esto no se muestran en los medios porque no es parte del libreto de provocar y luego victimizarse", señaló.

   Contrariamente a lo que sostienen los medios opositores al régimen y los abogados de la oposición, los propios detenidos expusieron ante las autoridades del Centro de Detención Provisional (CDP) en el que se encuentran que están agradecidos por el trato recibido.

   El pasado 17 de septiembre los grupos de oposición organizaron una marcha de protesta contra el gobierno del izquierdista Rafael Correa, que derivó en actos de violencia hacia la policía y destrucción de una zona patrimonial de la capital ecuatoriana.