SAN SALVADOR, 20 Ago. (Reuters/EP) -
El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, celebró este martes que el Papa Francisco haya dicho que no ve impedimentos para beatificar al arzobispo Oscar Romero, quien fue asesinado en los días previos a la guerra civil de los años ochenta mientras oficiaba una misa.
Romero, quien fue arzobispo de San Salvador, denunció desde el púlpito los abusos del Ejército y también hacía constantes llamamientos al diálogo para evitar el conflicto armado que dejó un saldo final de 75.000 muertos.
El proceso de beatificación de Romero se paralizó durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI debido a la cercanía del sacerdote con la Teología de Liberación, un movimiento que hacía hincapié en la ayuda a los pobres y la justicia social.
Su asesinato a manos de un escuadrón de la muerte en marzo de 1980 fue uno de los más impactantes del largo conflicto entre el Gobierno salvadoreño, apoyado por Estados Unidos, y rebeldes izquierdistas que se prolongó hasta 1992.
"Todos los salvadoreños se sintieron felices porque ayer (lunes) tuvimos la grata noticia del Papa Francisco que no existe ningún obstáculo para la beatificación", afirmó Sánchez Cerén, quien fue comandante guerrillero durante la guerra civil.
Según varios medios, el Papa Francisco dijo el lunes que no veía impedimento para beatificar a Romero, a quien calificó como "un hombre de Dios".
La posibilidad de que Romero, un icono para los movimientos de liberación de América Latina, pueda convertirse en beato tampoco era bien vista por anteriores gobiernos derechistas salvadoreños, que cedieron el poder a la izquierda en 2009.