DALLAS, 19 Sep. (Reuters/EP) -
Ciudadanos estadounidenses "profundamente preocupados" por la política migratoria del Gobierno de Barack Obama han convocado para este sábado una protesta cuyo objetivo es bloquear las entradas al país a través de la frontera sur.
Rob Chupp, promotor de la protesta bautizada como 'Cierra todos los puntos de entrada', ha explicado que más de un millar de personas acudirán a las 8.00 horas (en la costa este) a un total de 17 puestos fronterizos en Texas, Nuevo México, Arizona y California para impedir con sus coches el tráfico de vehículos.
Chupp ha detallado que los manifestantes irán con sus coches a las largas colas de acceso a la línea limítrofe y, a la hora acordada, apagarán los motores con la intención de acampar allí de forma indefinida.
"Si con ello ponemos la seguridad de la gente en peligro, nos moveremos, pero, en caso contrario, seguiremos ahí", ha adelantado, explicando que, siempre y cuando la protesta transcurra de forma pacífica, solamente se enfrentarán a sanciones administrativas.
Los promotores de esta protesta pretenden que el Gobierno selle la frontera con México instalando una valla electrificada y dando autoridad a los agentes de la patrulla fronteriza para detener y devolver a los inmigrantes ilegales.
La Oficina Aduanera y de Protección de Fronteras ha informado de que se está coordinando con las fuerzas de seguridad locales para responder a cualquier incidente violento en torno a la línea limítrofe.
"Nuestra principal preocupación es garantizar la seguridad de nuestros agentes y el tránsito público", ha dicho la agencia gubernamental a través de un comunicado.
Esta protesta se enmarca en la masiva llegada de inmigrantes centroamericanos, entre ellos gran cantidad de niños que viajan solos, a Estados Unidos en los últimos meses, lo que ha obligado a la Casa Blanca a poner en marcha un programa específico.
DESPLIEGUE ADICIONAL EN TEXAS
En respuesta a esta situación, el gobernador de Texas, Rick Perry, ordenó la semana pasada el despliegue de un millar de agentes de la Guardia Nacional para apoyar las labores de la patrulla fronteriza, aduciendo razones de seguridad.
Este despliegue unilateral suscitó las críticas del Gobierno mexicano, a las que Perry contestó atribuyendo al "fracaso" de las autoridades del país vecino la situación de inseguridad en la línea limítrofe.
La frontera entre México y Estados Unidos es la más peligrosa del mundo por ser paso obligado de todas las organizaciones criminales que trafican con droga, armas o personas desde América Latina hacia Estados Unidos y Europa.