Actualizado 18/10/2014 14:55

El director de Fambul Tok aisla un distrito de Sierra Leona de contagiarse del ébola

Ébola
Foto: COLPRENSA

NUEVA YORK, 18 Oct. (Notimérica/EP) -

   En Sierra Leona (África), uno de los focos del ébola junto con Liberia y Guinea Conakry, sólo queda un distrito libre del virus y se llama Koinadugu, en parte gracias a que el director ejecutivo de la organización sin ánimo de lucro Fambul Tok, John Caulker, ha tomado medidas para aislar esta zona del virus.

   Caulker viaja estos días por Sierra Leona con miedo a contagiarse del virus en la bulliciosa capital de Freetown y en los pequeños pueblos, pero ha señalado que no hay preocupaciones cuando tiene que ir a Koinadugu, donde se experimenta "una sensación de alivio, de que vas a estar bien", según ha publicado el diario estadounidense 'The Washington Post'.

   Este distrito al que el virus aún no ha llegado es un lugar pobre que depende de las pequeñas granjas y las minas de oro, el mayor de los 14 distritos que tiene el país con, aproximadamente, 265.000 residentes.

   Koinadugu se encuentra en la zona accidentada del norte del país, limita con Guinea, uno de los primeros y principales focos del virus, y está rodeado de cientos de casos de ébola con los que tienen que lidiar otros distritos, sin embargo, es un foco de esperanza para la población al no presentar contagios hasta la fecha.

   El éxito de esta zona en concreto no ha sido un accidente, sino el resultado de diversos esfuerzos para evitar la propagación del ébola una vez más, gracias a la ayuda del director de una consultora de negocios que opera en la zona oeste de África (Transtech International), Momoh Konte.

   Aunque Konte no era un experto acerca del ébola y tampoco había consultado los controles que rigen a los afectados, únicamente sabía que el virus se propagaba por contacto cercano con fluidos corporales, así que se centró en limitar la exposición de la gente y eso implicó limitar movimientos.

   "La idea principal es que el virus no está matando gente rica, ni de clase media, está matando gente pobre que se desplaza de un sitio a otro buscando trabajo o algo que comer", ha señalado Konte.

   Cuando llegó a Koinadugu utilizó tambores de cloro, guantes de goma y máscaras faciales. Después donó 2.300 dólares a los esfuerzos del distrito 'antiébola' y prometió renovar la donación mensualmente durante un año. Luego convenció a los líderes de la zona de que no podían esperar por ayuda y de que necesitaban organizarse de forma conjunta.

   A modo de seguridad, se dibujó un anillo rodeando el distrito y se restringió quién salía o entraba. Estaban rodeados de montañas y de puntos específicos con guardias que tenían termómetros y agua clorada.

   También preparó un fondo rotatorio de 45.000 dólares para hacer préstamos para importar comida, fuel y medicina, cuyas entregas coordinaba el grupo de trabajo.

   Konte ha admitido que las medidas son duras, pero no sabía qué otra cosa se podía hacer para evitar el contagio del distrito.