WASHINGTON, 26 Oct. (Reuters/EP) -
La embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Samantha Power, llegará a Guinea este domingo como parte de su visita a los países de África Occidental más afectados por el ébola, pese a los llamamientos realizados por varios representantes estadounidenses para aprobar una prohibición de viaje a estos destinos.
Power, que forma parte de la Administración Obama, ha abandonado Washington este sábado en dirección a Guinea, desde donde tiene previsto viajar a Liberia y Sierra Leona, los tres países donde se han registrado un mayor número de casos de ébola desde el inicio del brote.
Obama se ha mostrado reticente a las peticiones de los republicanos para aprobar una prohibición de viaje a estos países, al considerar que esta medida sería contraproducente, ya que impediría el traslado de trabajadores sanitarios para ayudar sobre el terreno a los afectados contra el ébola.
"Para mí, los beneficios de tener conocimientos de primera mano de lo que está sucediendo en estos países supera con creces el riesgo casi inexistente de viajar realmente a estos países", ha afirmado Power a los reporteros antes de despegar, ante los que ha asegurado haber tomado todas las precauciones necesarias.
La embajadora ha explicado que su papel le sitúa en una buena posición para presionar más a la comunidad internacional para que emprenda acciones dirigidas a combatir el virus. "Espero utilizar mi conocimiento de estas lagunas para 'sacudir los árboles' y realmente instar a otros países a hacer más", ha afirmado.
TEMOR EN EEUU
El viaje de Power tiene lugar mientras las autoridades estadounidenses intentan tranquilizar a la población sobre el riesgo de contraer la enfermedad, después de que se haya confirmado el cuarto caso en el país con el positivo en Nueva York de un médico que trabajó en Guinea junto a Médicos Sin Fronteras.
Como consecuencia, los estados de Nueva York, Nueva Jersey e Illinois han impuesto una cuarentena forzosa a todos aquellos que lleguen de los tres países más afectados por el ébola y hacia los que se dirige Power, una medida que ha recibido críticas al considerar que desanimará a los trabajadores médicos que viajan a África para combatir el virus.
Casi 5.000 personas han muerto hasta el momento, en el peor brote de este virus registrado hasta ahora, que ha infectado a más de 10.000 personas, según las últimas cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).