NUEVA YORK, 19 Sep. (Reuters/EP) -
La Policía de Control de Fronteras estadounidense (CBP, por sus siglas en inglés), cuyos agentes han sido acusados de abusos y uso excesivo de la fuerza, ha anunciado que comenzará a probar las cámaras corporales a partir del mes que viene. Asimismo, cuenta desde el jueves con la autoridad para investigar a su personal por conducta criminal.
Un portavoz de la CBP ha explicado este viernes que se analizarán las implicaciones legales y políticas que puede tener el uso de este material de seguridad en las fronteras del país.
Otros departamentos de Policía estadounidenses han comenzado a probar este sistema, que puede ser llevado en la ropa, las gafas y el salpicadero de los coches patrulla, mientras que los agentes de Ferguson, Misuri, las llevan desde que el pasado 9 de agosto un joven negro desarmado muriera como consecuencia de los disparos de un agente y esto despertase unas protestas que se extendieron durante varios días.
En el caso de la Policía de Fronteras, la medida responde a la denuncia por los supuestos maltratos, abusos sexuales y falta de atención médica y alimentos sufridos por al menos 100 niños inmigrantes que han interpuesto activistas de inmigración.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) ha recibido la noticia con alegría, aunque ha recordado que al menos 29 personas han muerto desde 2010 por el exceso de fuerza empleado por los agentes del CBP.
"La agencia ha obviado el proceso razonable y transparente de revisar las muertes causadas por agentes y hacer rendir cuentas a los agentes", ha dicho.
OPINIONES SOBRE LA MEDIDA
Mientras los defensores del uso de las cámaras consideran que con ello se logrará una información más objetiva de los altercados que el proporcionado por testimonios contradictorios, los detractores aseguran se plantean en qué medida esto atenta contra la privacidad de los agentes y cuáles son sus implicaciones legales.
Asimismo, el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Jeh Johnson, otorgó el jueves al CBP la potestad de investigar a los empleados que supuestamente podrían haber incurrido en malas conductas y aseguró que la agencia podría impulsar una nueva revisión formal del proceso para el empleo de la fuerza en los incidentes.