Actualizado 24/07/2014 05:01

Muere un exguardia nazi horas antes de ser extraditado

WASHINGTON, 24 Jul. (Notimérica/EP) -

   Johann Breyer, un hombre de 89 años de edad acusado en Alemania de trabajar como guardia en un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial, ha fallecido en Filadelfia (Estados Unidos) sólo unas horas antes de recibir la orden de extradición a Alemania, donde sería juzgado como cómplice de la muerte de 216.000 judíos.

   Así lo ha confirmado al diario estadounidense 'Los Angeles Times' su abogado, Dennis E. Boyle, quien ha explicado que la muerte tuvo lugar el martes por la noche. Un juez federal ha aprobado su extradición este mismo miércoles, según documentos judiciales.

   "Al igual que otros criminales de guerra acusados, Breyer debe someterse al juicio de la ley por su presunta participación en las atrocidades nazis contra la humanidad", ha escrito el juez estadounidense Timothy Rice, sin ser consciente del fallecimiento de Breyer, que ha estado hospitalizado desde su detención --el pasado mes de junio--.

LA HISTORIA DEL GUARDIA NAZI

   Breyer emigró en 1952 a Filadelfia. Las autoridades alemanas le han acusado de ayudar y ser cómplice de la muerte de 216.000 judíos, una cifra que se ha estimado al calcular el número de prisioneros que se trasladaron en los 158 trenes que llegaron a Auschwitz entre mayo y octubre de 1944.

   El anciano trabajó como guardia en Buchenwald antes de ser trasladado a Auschwitz donde, de acuerdo a los documentos de los que dispone el tribunal estadounidense, sirvió como guardia de perímetro, aunque él defendió no estar involucrado en las ejecuciones del campo de concentración.

   "Todas las pruebas presentadas demuestran que Johann Breyer nació en el sitio equivocado en el momento equivocado", han indicado sus abogados en varias ocasiones. "Fue obligado a realizar un servicio que no quería hacer de adolescente y por este motivo acabó en un campo de concentración", subrayaron.

   El Departamento de Justicia estadounidense ya acusó a Breyer de tener vínculos nazis e intentó deportarle en 1992, aunque finalmente le permitió quedarse en el país después de una batalla legal en la que el anciano aseguraba que había nacido en Estados Unidos.