Actualizado 25/08/2014 12:48

Obama revisará el sistema de actuación de la Policía creado tras el 11-S

Policía de Clayton, Missouri
Foto: REUTERS

WASHINGTON, 25 Ago. (Notimérica/EP) -

   La situación de alarma social en suelo norteamericano vista en las revueltas de Ferguson, donde ha imperado la violencia tanto de los manifestantes como de la Policía, ha repercutido en la decisión del presidente, Barack Obama, de revisar las estrategias, la formación y las armas de los agentes a cargo de la seguridad ciudadana.

   El despliegue policial protocolario actual fue diseñado hace 10 años, después de los atentados del 11 de septiembre. Ahora la Casa Blanca está dispuesta a plantearse si los equipos que los cuerpos de seguridad utilizan son los indicados y si deben seguir suministrándose, según ha publicado 'The New York Times'.

   Esta revisión puede abrir la puerta a importantes cambios en el enfoque de Washington a la hora de armar a las fuerzas del orden locales. El problema principal, según apunta el diario estadounidense, sería la actualización del equipo, puesto que buena parte de este se trata de excedentes militares, así como del entrenamiento y la disposición de quienes lo manejan.

   En la audiencia que tendrá lugar el próximo mes de septiembre se debatirá el uso de armamento militar por parte de la Policía, algo que puede suponer una brecha en el partido demócrata. La senadora demócrata por Missouri y miembro de la Comisión de Relaciones del Senado de Seguridad Nacional y Gubernamentales que dirigirá la audiencia, Claire McCaskill, ha afirmado que se tratará de "un momento donde podemos tomar un descanso y mirar estas políticas".

   McCaskill además ha afirmado que "todo el país, cada representante y senador han visto las imágenes [de la actuaciones policiales en Ferguson] y se ha sentido incómodo a algún nivel".

   Ante la llamativa actuación policial, donde los agentes han marchado por las calles armados apuntando a los manifestantes, un general retirado que sirvió como jefe del Ejército de infantería en Fort Benning ha explicado la formación que reciben los militares frente a los policías que fallan en su actuación. "Los dedos deben estar fuera del gatillo, y el arma apuntando hacia abajo o en un ángulo que no supere los 45 grados. Se debe declarar y avisar de la posición, si no, se encuentra a la ofensiva", explicaba al periódico neoyorquino.

   Después de los atentados del 11 de septiembre el Gobierno concibió el papel de la Policía como las fuerzas de primera línea en la hipotética guerra que se libra dentro de sus fronteras. Se inyectaron miles de millones de dólares en la seguridad.

   Pero las prisas por armar los departamentos de policía de Estados Unidos hicieron difícil su supervisión. Los programas de subvenciones se superponían. El dinero fluyó, en repetidas ocasiones, a los gobiernos estatales primero antes de llegar a los departamentos de policía locales, por lo que es difícil de rastrear. En 2009, las auditorías realizadas dejaron patente que muchos Gobiernos estatales no eran capaces de verificar qué equipo había comprado las autoridades locales.

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