Actualizado 15/10/2014 21:08

Cien años de la Convención Revolucionaria de Aguascalientes

Convención de Aguascalientes
Foto: CONACULTA/AGUASCALIENTES.GOB.MX

MÉXICO DF, 15 Oct. (Notimérica/EP) -

   El Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) ofrecerá este miércoles el Foro Centenario de la Soberana Convención Revolucionaria para conmemorar los 100 años de la Convención de Aguascalientes, en donde participarán la maestra Josefina Moguel y el doctor Felipe Ávila.

   Dicho foro se celebra este miércoles, 15 de octubre, a las 18:00 horas, en el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).

   La Soberana Convención Revolucionaria de Aguascalientes es una de las etapas más importantes de la historia de México. En el recinto del histórico Teatro Morelos, durante los meses de octubre y noviembre de 1914, prevaleció la voluntad de diálogo y entendimiento entre las distintas fuerzas revolucionarias que, a pesar de sus grandes diferencias, intentaron lograr acuerdos fundamentales sobre los graves problemas de la nación.

   Los antecedentes de la convención de los jefes revolucionarios se remontan al Plan de Ayala, promulgado el 25 de noviembre de 1911, el cual establecía que con el triunfo de la Revolución, una junta de los principales jefes revolucionarios designaría a un presidente interino que convocaría a elecciones.

   Posteriormente, en el Pacto de Torreón, suscrito por representantes villistas y constitucionalistas, se estableció que al tomar posesión el primer jefe del Ejército Constitucionalista como presidente interino, debía convocar a una Convención para fijar la fecha de elecciones y el programa de gobierno.

   Venustiano Carranza rechazó los acuerdos del Pacto de Torreón y convocó en la Ciudad de México a una junta de generales y gobernadores constitucionalistas; ello acaparó la atención de los delegados y fue la entrega del poder que hizo Carranza a la asamblea y que la mayoría de los asistentes, aunque guardaban lealtad al primer jefe, eran partidarios de trasladar esa reunión a la ciudad de Aguascalientes para integrarse a ella los representantes de la División del Norte villista, con quienes habían celebrado un pacto de honor.

   De ese modo, el 10 de octubre dio inicio en Aguascalientes la Convención Revolucionaria, con la asistencia de los delegados militares del villismo y del constitucionalismo; el 14 de octubre la Convención tomó una decisión trascendental al declararse Soberana. Fue entonces cuando Zapata envió una delegación que se integraría plenamente a la asamblea si se cumplían dos condiciones: la aceptación de la Convención del Plan de Ayala y la separación del poder de Venustiano Carranza.

   Así, el 28 de octubre la Convención hizo suyo el Plan de Ayala, como base mínima para el programa de gobierno revolucionario, recuerda Conaculta.

   El siguiente paso se dio la madrugada del 1 de noviembre cuando la Convención eligió al general constitucionalista Eulalio Gutiérrez como Presidente provisional de la República. Sin embargo, Carranza no estuvo de acuerdo con esas decisiones de la asamblea y el 9 de noviembre desconoció los acuerdos de la Convención y decidió enfrentarla.

REUNIÓN DE VILLA Y ZAPATA

   En esas circunstancias de ruptura, la Convención salió de Aguascalientes y se trasladó a la Ciudad de México con el ejército villista al frente.

   El 4 de diciembre, Villa y Zapata se reunieron en Xochimilco y acordaron una estrategia común para combatir al constitucionalismo. Dos días después se realizó la entrada triunfal a la capital de la República de los ejércitos de Villa y de Zapata, quienes instalaron al gobierno convencionista en Palacio Nacional.

   Se abrió entones una nueva etapa de la Convención y de la Revolución Mexicana. Al no ponerse de acuerdo las corrientes revolucionarias, ni sus caudillos en la Convención, no quedaba otro camino que el de las armas.

   El destino de la asamblea revolucionaria y el del país se definiría en el campo de batalla. La Convención, convertida en una asamblea preconstituyente, comenzó la discusión del Programa de Reformas Económicas, Políticas y Sociales de la Revolución.

   La derrota de Villa, que era la fuerza militar más importante de la Convención, selló también el destino de la asamblea revolucionaria. El gobierno convencionista y el programa de reformas que discutió y aprobó se volvieron inviables.

   No obstante, ello constituye uno de los legados políticos más importantes de la historia parlamentaria nacional y representa la propuesta más acabada de lo que el villismo y el zapatismo buscaban como proyecto de nación.