MÉXICO DF, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Manifestantes 'normalistas' han ocupado este martes el Ayuntamiento de Tixtla, para exigir la entrega con vida de los 43 estudiantes de magisterio desaparecidos en el municipio de Iguala, ubicado en el estado mexicano de Guerrero.

   Decenas de personas, sobre todo 'normalistas' --como se conoce popularmente a los estudiantes de magisterio-- y las familias de los jóvenes en paradero desconocido, han irrumpido en la sede del gobierno local, según informa la prensa mexicana.

   La toma ha tenido lugar después de una marcha en la que cientos de personas han recorrido el centro de Tixtla gritando eslóganes contra las autoridades de todos los niveles de Gobierno --municipal, estatal y federal-- por el caso Iguala.

   De forma paralela, en la capital guerrerense, Chilpancingo, los manifestantes 'normalistas' han ocupado las sedes de varios medios de comunicación en demanda de información independiente sobre la desaparición de los 43 estudiantes de magisterio.

   Los manifestantes han ocupado las instalaciones de Capital Máxima, Radio UAG y ABC, donde, al parecer, todavía continúan sin que las fuerzas de seguridad hayan dado muestras de su intención de desalojarlos.

   En este contexto, policías antidisturbios han rodeado el Congreso de Guerrero para protegerlo de un eventual asalto de los manifestantes 'normalistas', aunque no había ninguna amenaza en este sentido.

   México vive así una nueva jornada de protestas que sigue con la escalada de tensión y aumenta la presión sobre las autoridades para que den respuestas fiables sobre este caso que ha convulsionado a la sociedad, harta ya de crímenes impunes.

   Los 43 'normalistas' desaparecieron entre el 26 y el 27 de septiembre en el marco de una protesta contra al reforma educativa del Gobierno mexicano que desembocó en violentos enfrentamientos con la Policía que se saldaron con seis muertos y 25 heridos.

   Se sospecha que estos 43 'normalistas' han sido víctimas de la organización criminal Guerreros Unidos, a la que algunos señalan como el brazo armado de los gobiernos municipales de la zona, por lo que las autoridades mexicanas intentan identificarlos entre los restos hallados en fosas comunes.

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