MÉXICO DF, 27 Oct. (Notimérica) -
Rogelio Ortega es, desde este domingo, gobernador interino del estado mexicano de Guerrero, tras la renuncia de Ángel Aguirre por la matanza de Iguala. Un militante de la izquierda que ha demostrado tener enorme vocación por la educación superior y que colaboró en los años 80 en la fundación de su actual partido, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), desde la Federación Estudiantil de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) que dirigía junto a otros compañeros.
Licenciado en Sociología por la UAGro y doctorado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, a Ortega se le ha ligado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y, de hecho, en 2009 el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal le denunció ante la Procuraduría General de la República, por ser el supuesto enlace de esta guerrilla en México. Algo que Ortega siempre ha negado y que tacha de infamia.
Secretario general de la UAGro desde 2010, Ortega abandona la que ha sido su casa durante 38 años, para dirigir el estado con mayor tasa de asesinatos de todo el país, entre advertencias de diversos analistas que alertan de la ingobernabilidad de este estado del suroeste de México.
Aspiró en dos ocasiones a la rectoría de esta universidad, en la que durante su juventud mostró su compromiso político con la izquierda mexicana, al liderar la Federación de Estudiantes, una organización que en 1988 colaboró en el nacimiento del PRD, al apoyar la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas, quien quería fundar una nueva fuerza política, tras su salida del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
También formó parte de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria en Guerrero, fundada por el guerrillero Genaro Vázquez Rojas y entre sus credenciales políticas, se encuentra haber sido subsecretario de Educación con Zeferino Torreblanca y gobernador de Guerrero entre 2005 y 2011.
Tras haber ostentado diferentes cargos en la UAGro, Ortega pasa ahora a presidir el Gobierno de Guerrero donde tendrá que hacer frente al crimen organizado y liderar la búsqueda de los 43 normalistas desaparecidos el pasado 26 de septiembre, al mismo tiempo que se enfrenta a las violentas protestas por la matanza de Ayotzinapa, que en las últimas semanas han provocado saqueos y la quema de edificios públicos.
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