Actualizado 08/11/2017 13:52

Así está la investigación de la "muerte dudosa" del fiscal argentino Nisman, cuando se cumplen dos años de su óbito

ALBERTO NISMAN
REUTERS- EDGARD GARRIDO

   BUENOS AIRES, 18 Ene. (Notimérica) -

   El 18 de enero de 2015 Sara Garfunkel alertó a la Policía alrededor de las 22.30 de la noche de que su hijo, el fiscal argentino Alberto Nisman, no respondía a sus llamadas en su vivienda, situada en el edificio Torre Boulevard del complejo Torres Le Parc, en el barrio bonaerense de Puerto Madero.

   Cuando, se pudo entrar a la vivienda, encontraron el cuerpo sin vida del fiscal al lado de la bañera con un disparo en la cabeza. El Ministerio de Seguridad confirmó el hallazgo del casquillo de la bala y la pistola Bersa Thunder de calibre 22 en el suelo. Además, la puerta de la casa estaba cerrada con el pestillo por dentro.

   Su muerte, acontecida tan solo un día antes de la exposición de su denuncia ante la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados de la Nación Argentina --en la que acusaba a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de un posible encubrimiento por el atentado de la AMIA--, se vio rodeada de varios rumores de asesinato, algo que aún no ha sido esclarecido.

Cuatro días antes de morir, Nisman se encargaba de la causa AMIA en la que acusó a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kichner y al canciller Héctor Timerman de haber llevado adelante un plan para encubrir a Irán en el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina el 18 de julio de 1994, considerado el peor acto terrorista del país.

   Otros de los denunciados en la investigación del ataque en el que murieron 85 personas y 300 resultaron heridas fueron el diputado nacional Andrés Cuervo Larroque, los políticos Luis D'Elía y Fernando Esteche, el agente de la ex-SIDE (Secretaría de Inteligencia Del Estado) Allan Bogado y el exjuez Héctor Yrimia.

¿SUICIDIO O ASESINATO?

   La hipótesis de un posible homicidio se fundamenta en la postura en la que fue descubierto el fiscal, quien apareció recostado sobre el suelo con el brazo izquierdo ligeramente doblado y el derecho extendido sobre el suelo.

   Así, lo describió el Doctor Carrera Mendoza, de Swiss Medical, que fue el primer médico en llegar al lugar tras la alerta de la madre de Nisman. No obstante, las extremidades superiores del fiscal aparecen en otra posición en las fotos de la Policía Federal Argentina, que llegó al lugar dos horas después que el profesional sanitario.

   Para los peritos oficiales --que se fundamentan en el supuesto suicidio de Nisman-- el fiscal estaba frente al espejo empuñando el arma con la mano derecha, sosteniendo su muñeca con la mano izquierda. Tras el disparo, se cayó hacia atrás y se golpeó la cabeza con el suelo.

   Además, la junta médica localizó un hematoma en el cráneo que se habría producido durante la caída del cuerpo. La trayectoria del proyectil fue de derecha a izquierda, de abajo a arriba y de atrás hacia adelante. Si bien es cierto que podría coincidir con un posible suicidio, no se encontraron restos de pólvora en su mano.

   Aunque es uno de los aspectos más incongruentes de esta teoría, la fiscal encargada del caso afirmó más tarde que estos restos podrían haber desaparecido de su mano debido a diversos factores ambientales o a la propia sudoración del fiscal.

   Para sostener la posibilidad del suicidio, diez especialistas del Cuerpo Médico Forense, dos policías federales y el perito de Lagomarsino afirmaron que no se encontró ningún indicio de que se tratara de un homicidio, por lo que quedan pendientes distintas medidas de investigación en los archivos personales de Nisman.

   No obstante, los peritos de la querella propusieron la posibilidad de que el fiscal se encontrara frente a la bañera, erguido sobre su pierna derecha. Asimismo, el hematoma craneal era compatible con las lesiones producidas cuando alguien es reducido por la espalda.

   Aparte de que no se encontraron restos propios de un suicidio, las características de la trayectoria de la bala no se corresponden con un disparo autoinflingido. Por ello, los tres peritos encargados de la investigación contratados por la familia descartaron la hipótesis del suicidio.

   Cabe destacar que el fiscal organizó una serie de conferencias y reuniones para la semana próxima al acontecimiento, además de que no se encontró ningún tipo de manifiesto o carta de despedida en su departamento.

LA INVESTIGACIÓN HOY

   Dos años después del misterioso suceso, aún no se ha determinado cómo murió el fiscal, si fue asesinado o se suicidó con un disparo en la cabeza. La posición y el aspecto en el que fue encontrado el cadáver son dos de las principales pistas del caso.

   La fiscal encargada de la investigación del caso Nisman en primera instancia fue Viviana Fein, quien desde un principio declaró que cabía la posibilidad de que la muerte del fiscal podría deberse a un suicidio, en lugar de un homicidio, catalogándolo como 'muerte dudosa'. Por su parte, Fabiana Palmaghini fue la jueza encargada del caso.

   Meses más tarde, en diciembre de 2015, Palmaghini apartó a Fein para asumir ella misma la investigación. Sin embargo, en marzo de 2016 resolvió que no era competente para seguir frente a la investigación ya que existía la posibilidad que su muerte estuviese relacionada con su cargo como fiscal federal, por lo que la causa pasó al fuero federal de los tribunales.

   Este cambio no fue aprobado por la defensa del único imputado por la muerte del fiscal, su socio Diego Lagomarsiano, por lo que presentó el caso ante la Cámara del Crimen. Esta, a su vez, aprobó que se encargara del caso el juzgado federal, pero Lagomarsiano volvió a recurrir y llevó el caso hasta la Cámara Nacional de Casación Penal.

   En esta ocasión, la Casación le devolvió el caso a Palmaghini en junio de 2016, pero en el mes de septiembre la Corte Suprema decidió por unanimidad que la causa Nisman fuera devuelta a los tribunales federales debido a que podría haber sido un homicidio o un suicidio instigado por su cargo como fiscal federal.

   Es así como la investigación pasó a manos del juez Julián Ercolini junto al fiscal Eduardo Taiano. Éste encomendó a la Gendarmería el pasado mes de diciembre la actuación de un equipo interdisciplinario para que analizara la totalidad de los elementos probatorios.

   Además, habilitó a la defensa y a la acusación particular, encabezada por la jueza federal Sandra Arroyo Salgado --exmujer de Nisman--, a presentar peritos que pudieran intervenir en el proceso de investigación, además de avalar el informe o realizar el suyo propio.

   Taiano también pidió la investigación de la fiscal Fein, ahora jubilada, y la del exsecretario de Seguridad kirchnerista, Sergio Berni, ya que consideraba que podrían haberse dado irregularidades "intencionales" en la preservación de pruebas en el lugar donde fue hallado el cadáver de Nisman.

   Pocos días después, el fiscal Taiano recibió una amenaza de muerte tras haber solicitado al juez federal Ercolini que realizara un cruce de llamadas entre los números que se comunicaron antes, durante y después del 18 de enero de 2015.

    Por el momento habrá que esperar hasta junio para conocer la nueva exposición de los peritos y otra reconstrucción del hecho, así como las conclusiones de la nueva investigación que pueda determinar si Nisman se suicidó o fue asesinado. Por su parte, la exmujer de Nisman, sigue manteniendo que el ayudante informático de su exmarido, Diego Lagomarsiano, participó en el hecho.

Lagomarsiano era el propietario del arma con el que se suicidó o fue asesinado el fiscal y, supuestamente, fue la última persona que lo vio en su departamento. Las cámaras del edificio registraron su salida del departamento a las 0.45 (hora local) del domingo, sin embargo, la defensa del ayudante insistió en que el Nisman murió entre las 12.00 y las 13.00 (hora local) de ese mismo día.

   Las llamadas telefónicas, correos electrónicos, mensajes y documentos del ordenador del fallecido fueron manipulados y borrados. También se obviaron los testimonios de los vecinos que podrían haber arrojado luz a la investigación de la muerte.

    Todos estos actos apuntan principalmente a un homicidio encubierto, además de que tampoco se comprende cómo el arma se encontró sobre el hombro izquierdo del fiscal cuando éste era diestro. En general, la investigación no ha sido profunda ni detallada, empezando porque uno de los peritos forenses ordenó que la autopsia se llevara a cabo sin audio.

   Queda por ver cómo se realiza la nueva investigación que está llevando a cabo el fiscal Taiano y qué nuevas conclusiones se pueden extraer de un caso que tras dos años de esclarecimiento tiene todavía más interrogantes que respuestas.