Actualizado 19/01/2017 08:37

Ciudades fronterizas: ¿Qué pasará tras la investidura de Donald Trump?

Frontera México-EEUU
JOSE LUIS GONZALEZ / REUTERS

   CIUDAD DE MÉXICO, 19 Ene. (Notimérica) -

   Brownsville, una ciudad del condado de Cameron, en el estado de Texas (Estados Unidos), limita con la frontera mexicana. También es la más pobre del país y una de las que cuenta con mayor presencia de latinos: un 93 por ciento de sus residentes, según datos de 2010.

   Tras el triunfo del presidente entrante Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2016 y ante la inminencia de su investidura --fechada para mañana-- la ciudadanía de esta localidad se prepara para las posibles consecuencias de sus prometidas políticas migratorias.

   La biculturalidad de esta región no tiene precedentes. Cerca de un cuarto de los residentes en esta zona nacieron al otro lado de la frontera, sobre todo en México, y un 10 por ciento de ellos se encuentran indocumentados.

   La posibilidad de la construcción de un muro "grande y precioso", como ha prometido el propio Donald Trump, inquieta a los habitantes de esta zona, ya que todos cuentan con familia al otro lado. Un vecino de Brownsville y migrante mexicano llamado Víctor ha afirmado que "Washington piensa que este territorio es un mundo completamente diferente. No entienden que toda la gente de aquí tiene familiares del otro lado de la frontera y que estamos unidos en ambos lados. Ese es el peligro del muro. La familia es la base de la sociedad y si separas ambos lados, lo estás disolviendo", según declaró y publicó 'Vice News'.

   Por estos motivos, las movilizaciones en esta ciudad tejana durante las pasadas elecciones presidenciales fueron sorprendentes. Decenas de personas como Víctor, que nunca habían sentido inquietudes políticas, salieron a la calle en un estado profundamente republicano para pedir el voto por la opción contraria, con el fin de evitar las políticas migratorias del magnate.

   En esas elecciones, el condado de Cameron registró la mayor participación electoral de su historia, alcanzando un 47 por ciento, a pesar de encontrarse en un estado en el que la participación descendió hasta el 42 por ciento. La ciudad de Brownsville votó contra su estado, bastión republicano desde hace décadas: dos tercios de su población apostó por la candidata demócrata, Hillary Clinton.

   Aún así, Trump salió vencedor en los comicios presidenciales y en la frontera mexicana con Estados Unidos, no solo de un lado, sino de ambos, existe miedo e incertidumbre sobre si las promesas del presidente entrante se materializarán en planes reales o habrán sido puro humo populista.

PREOCUPACIÓN LOCAL

   Estas propuestas de Trump no son el inicio de la preocupación y el malestar de las ciudades estadounidenses fronterizas, a caballo entre México y Norteamérica, sino que las acciones del Gobierno Federal llevan más de una década encaminadas al "blindaje" de Estados Unidos.

   La administración Obama ha sido la que más deportaciones ha llevado a cabo, un total de 2,5 millones de personas indocumentadas entre 2009 y finales de 2016. Pero el Gobierno anterior, dirigido por el expresidente George Bush, no fue mejor que el de su sucesor en esta materia: este construyó una valla metálica de kilómetro y medio con la frontera mexicana, que cruza el condado de Cameron. Este es justo el muro que Trump ha prometido que reforzará y extenderá.

   A pesar de esto, el Gobierno local de Brownsville no está aplicando las políticas nacionales sobre inmigración. Actualmente, el departamento de Policía de esta ciudad no entrega personas sin documentación al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas. El alcalde la ciudad, Tony Martínez, ha asegurado que se encuentra preparado para las posibles medidas de Trump.

   "No toleraremos que la gente no sea tratada como ciudadana, a pesar de su estatus legal. Aquí no construimos muros, levantamos puentes. Nosotros defendemos una idea distinta. Sabemos que somos el paso para Estados Unidos", ha asegurado el alcalde.