Actualizado 27/11/2014 11:20

Ejército colombiano suspende operaciones para facilitar las liberaciones

Ejército de Colombia
Foto: MINDEFENSA

BOGOTÁ, 27 Nov. (Notimérica) -

   El Ejército de Colombia ha anunciado la suspensión de operaciones militares desde este jueves para facilitar las liberaciones del general Rubén Darío Alzate Mora, del cabo Jorge Rodríguez Contreras y de la abogada Gloria Urrego Pava, después de haber recibido las coordenadas donde tendrá lugar la entrega por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

   "De acuerdo al memorando de entendimiento y protocolo de seguridad firmado entre el Ministerio de Defensa Nacional y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) el pasado sábado 22 de noviembre, y después de recibir el día de hoy (miércoles) las coordenadas del área geográfica donde se realizará la liberación, se dará inicio a la suspensión de las operaciones de la Fuerza Pública en dicha área a partir de las 00.00 horas del 27 de noviembre", dice el comunicado del Ministerio de Defensa Nacional.

   En el texto, las Fuerzas Armadas han afirmado que su prioridad es "el regreso de los secuestrados sanos y salvos a sus familias". Alzate, Urrego y Rodríguez fueron secuestrados por el frente 29 de las FARC el pasado domingo 16 de noviembre en el departamento del Chocó.

   Este mismo miércoles el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha confirmado que las liberaciones tendrán lugar el sábado y ha añadido que el Comité Internacional de Cruz Roja, que hace mediador, ya tiene activos los protocolos de la misión humanitaria, según medios colombianos.

   La guerrilla, por su parte, ha denunciado que durante la liberación el martes en Arauca de los soldados Jonathan Andrés Díaz y Paulo Cesar Rivera "apareció una patrulla del Ejército en la zona", lo que obligó al cambio del sitio previsto para la entrega.

EL DIÁLOGO, EN JUEGO

   El secuestro de Alzate, hombre de confianza del presidente en las Fuerzas Armadas, llevó a Santos a anunciar la suspensión del diálogo de paz, al considerar que las FARC habían violado la firme promesa que hicieron en 2012 de renunciar al secuestro con fines extorsivos.

   Después de varios días de confusión, las FARC reivindicaron los últimos secuestros, subrayando que los cinco rehenes eran "prisioneros de guerra", y anunciaron su intención de liberarles, para lo que finalmente llegaron a un acuerdo con el Gobierno.