Actualizado 25/02/2017 08:43

España repatría a Colombia a 'el Negro', que introdujo uno de los mayores alijos de cocaína en el país

MADRID, 25 Feb. (EUROPA PRESS) -

El narcotraficante colombiano Ramón Manuel Yepes, conocido por sus alias 'El Negro' y 'Pelopincho', ha llegado este viernes a Bogotá procedente de Madrid, de donde ha sido repatriado y entregado a la autoridades nacionales, según ha informado Migración Colombia.

"Hace pocos minutos arribó a la ciudad de Bogotá, proveniente de Madrid, el ciudadano colombiano Ramón Manuel Yepes Penagos, quien es conocido por las autoridades con el alias de 'el Negro'", ha señalado en un comunicado el órgano migratorio del Gobierno colombiano.

Sobre él pesan dos órdenes de captura desde la Fiscalía General colombiana y será procesado por los delitos que se le imputan en su país.

'El Negro', a quien en España se le conocía como Carlos Ruiz Santamaría, aceptó en enero de 2014 cumplir una condena de 15 años de cárcel por dirigir una organización que introdujo uno de los mayores alijos de cocaína en España en 1999. La excarcelación y su posterior huida en 2001, antes de ser juzgado por estos hechos, costó la suspensión a una sección entera de la Audiencia Nacional.

En el juicio, celebrado en la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares (Madrid), la defensa del acusado alcanzó un acuerdo de conformidad con el fiscal por el cual aceptó una pena de 15 años de cárcel y multas que superan los 400 millones de euros como responsable de un delito continuado contra la salud pública por distribuir notorias cantidades de drogas que causan grave daño a la salud.

'El Negro' reconoció su responsabilidad en estos hechos al comienzo de la vista oral. En su turno de última palabra, se limitó a aceptar la pena solicitada por el Ministerio Público y a dar las gracias a los jueces.

El narcotraficante había comparecido meses atrás en la Audiencia Nacional después de ser entregado por las autoridades brasileñas para ser juzgado por su responsabilidad en la introducción a través de embarcaciones de más de 12.000 kilos de 'coca' en España; unos hechos que no pudieron ser juzgados en su momento ya que el acusado se fugó días antes de la vista después y tras obtener la libertad bajo fianza por motivos de salud.

'El Negro', quien en realidad no se apellida Ruiz Santamaría, sino Yenes, según informaron en su día fuentes jurídicas, fue detenido por narcotráfico en mayo de 2008 en Brasil y fue en febrero de un año después cuando se descubrió su verdadera identidad y se informó a España de su hallazgo.

Su huida en 2001, días antes del juicio señalado en la Audiencia Nacional, motivó que por primera vez en su historia el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) expedientara y suspendiera por desatención a un tribunal completo --los tres magistrados que integraban la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Nacional--, quienes perdieron su plaza en este órgano, si bien dos años más tarde el Tribunal Supremo anuló la sanción y reconoció el derecho de dos de ellos a ser resarcidos por daños y perjuicios.

REBAJA EN LA PETICIÓN DE PENA

"El Negro" o "Pelopincho" fue el supuesto coordinador de la mayor operación de introducción de cocaína en España, que fue desbaratada por la Policía Nacional en julio de 1999. El Ministerio Público solicitó en un primer momento 60 años de cárcel, pero varió su petición inicial al tener en cuenta su colaboración activa con la Justicia y que otros miembros de la organización fueron ya condenados a un máximo de 30 años de prisión por estos hechos.

Según el escrito de acusación provisional de la Fiscalía, en el verano de 1999 operó en España un grupo conformado por ciudadanos colombianos y españoles, coordinado por 'El Negro', dedicado al transporte de ingentes cantidades de cocaína para su posterior distribución en el mercado clandestino español y europeo, siendo el Reino Unido uno de los principales destinatarios del estupefaciente.

El cártel adquiría en Bolivia y Perú el 70 por ciento de la base de coca y el 30 por ciento restante en Colombia, en zonas controladas por la guerrilla o las paramilitares, que percibían un porcentaje tanto de los cultivadores como del cártel por labores de seguridad.