Actualizado 16/08/2015 21:51

Gritos contra la corrupción y el comunismo en la protesta anti Rousseff en Río de Janeiro

   Más de 20 ciudades de todo Brasil han acogido marchas contra el Gobierno del PT

   RÍO DE JANEIRO, 16 Ago. (Notimérica) -

   La playa de Copacabana de Río de Janeiro ha sido este domingo el escenario de una masiva manifestación contra el Gobierno de Dilma Rousseff, en la que se han escuchado gritos contra la corrupción, pero también contra la amenaza comunista que según algunos representa el Partido de los Trabajadores (PT).

   En un ambiente festivo y con los colores amarillo y verde de la bandera nacional inundando el paseo marítimo, muchos de los manifestantes saltaban al grito de "Comunista el que no bote", mientras que otros, en tono más serio, alertaban de los peligros de un Gobierno demasiado aliado con Cuba y Venezuela.

   En declaraciones a Notimérica, el joven Pedro Henrique Rodrigues, de 20 años, aseguraba que el Gobierno está incubando un plan para instaurar un régimen marxista en el país, por lo que pide una intervención militar: "Solo los militares podrían clausurar Brasilia y encarcelar a todos los corruptos. Pondrían orden en el país, Brasil volvería a el 'Orden y Progreso' que luce en la bandera", decía.

   Las peticiones de ayuda a los militares han vuelto a ser la nota más llamativa de la manifestación, igual que en las otras dos marchas contra Rousseff en marzo y en abril, aunque algunos participantes de la marcha intentaban alejarse del calificativo de "golpistas", como Esmeralda Barroso, de 65 años.

   "Solo queremos un Brasil mejor. No queremos que los militares vuelvan al poder. Queremos que el orden sea restablecido", apunta, mientras subraya que la mayoría de brasileños no quieren ser "bolivarianos" y acusa a la presidenta de haber escondido todos los escándalos de corrupción, que su opinión solo han salido a la luz después de que ganase las elecciones.

   Las mayoría de los manifestantes estaban a favor de un 'impeachment' a Rousseff por su presunta implicación en la trama corrupta de Petrobras o por las maniobras que el Gobierno hizo para aprobar las cuentas de 2014 y que están siendo investigadas por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU).

   Sin embargo, otros, como la abogada Adriana Bocaeuva asumía que por el momento no hay pruebas que sustenten ese 'impeachment' y que Rousseff tiene que permanecer en el cargo, asumir todos sus errores y escuchar las críticas de los ciudadanos.

   Bocaeuva lucía una camiseta con el lema 'I love Sérgio Moro', en referencia al juez encargado de la Operación Lava Jato, convertido desde hace meses en un látigo anticorrupción y prácticamente en un icono pop para los opositores al Gobierno; en la marcha de hoy había varios vendedores ambulantes con camisetas con su rostro estampado en blanco y negro sobre la silueta de Brasil.

   A pesar de que los tres principales colectivos convocantes --Movimento Brasil Livre, Vem para Rua y Revoltados On Line-- insisten en el carácter transversal y heterogéneo de las marchas lo cierto es que este domingo, igual que en las protestas de marzo y abril, la mayoría de manifestantes eran blancos, de corte conservador y de clase media alta.

   "Es verdad que las personas que estamos aquí tenemos dinero, pero ha disminuido nuestro poder adquisitivo", se lamentaba Rodrigues, recordando que la inflación acumula un 9,5% de subida en los últimos doce meses y que no hay perspectivas de que la situación vaya a cambiar.