Actualizado 31/05/2016 08:50

Observadores de la ONU llegan a las fosas de Tetelcingo, en México

Tetelcingo Fosas
REUTERS

CIUDAD DE MÉXICO, 31 May. (EUROPA PRESS) -

   Cuatro observadores de Naciones Unidas han llegado a la zona donde se encuentran las fosas comunes de Tetelcingo --donde se hallaron más de cien cuerpos--, en el céntrico estado mexicano de Morelos, este lunes. En el octavo día de trabajos, se han logrado exhumar 61 cadáveres, según la Agencia de Noticias de Morelos.

   El coordinador del Programa de Atención a Víctimas de la Universidad Autónoma de Morelos, Roberto Villanueva Guzmán, ha explicado que su presencia responde a un acuerdo con los familiares de las víctimas y con el fiscal de la zona Oriente, Rafael Ávila López, que se alcanzó el pasado 23 de mayo.

   "En la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (de la ONU) hay una preocupación latente sobre el caso de las fosas de Tetelcingo, a ello obedece sus presencia esta mañana", ha indicado, según declaraciones recogidas por el diario 'Informador'.

   Tras dos días de su visita, los observadores emitirá un comunicado valorando la situación en la zona.

   Tras ocho días de trabajo, se han logrado extraer 61 cuerpos, habiendo finalizado ya con la primera sección de la fosa. Según el equipo de arqueólogos, las condiciones del terreno indican que sería "imposible" que hubiera otra excavación, por lo que no hay "necesidad" de avanzar más, aunque la primera sección continuará abierta hasta finalizar los trabajos.    

   "Lo que se pretende es que en el momento que se exhumen todos los cuerpos, tanto de la A como de la B, se tenga un contexto de cómo estaba ubicada; además se harán pruebas para descartar otro tipo de fosa. Después se volverá a tapar", han indicado.

   El objetivo de las exhumaciones es la extracción de muestras de material genético para cotejarlo con la sangre de aquellos que tienen familiares desaparecidos.

   La exhumación tiene lugar en un terreno conocido como Los Magueyes, que no cuenta con permiso para funcionar como cementerio, a pesar de lo cual los residentes de la zona entierran cuerpos, tal y como han dicho las autoridades.

EL CASO

   El caso fue destapado el pasado mes de noviembre gracias a la insistencia de la familia de Oliver Navarrete Hernández, que consiguió que la Fiscalía General del Estado (FGE) exhumara su cadáver de esa fosa y se lo entregara después de ser identificado.

   Navarrete Hernández fue secuestrado el 24 de mayo de 2013 en Cuautla y diez días después apareció muerto. Su familia pidió entonces a la FGE que le entregara el cadáver pero se negó argumentando que la investigación seguía abierta. El 28 de marzo de 2014 lo enterró en esta fosa común y la familia finalmente consiguió que el 9 de diciembre fuera exhumado.

   En las tareas de excavación de su cuerpo, los familiares pudieron comprobar que en Tetelcingo había al menos otros 100 cuerpos sin vida, algunos de ellos con los números de los expedientes y otros sin referencia ninguna.

   La FGE anunció en aquel momento que abriría una investigación interna contra los funcionarios que ayudaron a la creación de esta fosa común por "incumplimiento de funciones públicas, ejercicio indebido de servicio público y violación de las leyes sobre inhumación y exhumación".

   En México es habitual que muchos de los cadáveres encontrados sean enterrados en fosas comunes después de cerrar los casos debido al caos que impera en las administraciones públicas por los niveles de violencia que sufre el país.