OEA
EUROPA PRESS

   WASHINGTON, 28 Mar. (Notimérica) -

   Los 34 embajadores que forman el Consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) se reunirán este martes a las 14.00 (hora local) en Washington para discutir acerca de la situación actual política, social y económica de Venezuela, tras la presentación de un informe en el que se expone su evolución desfavorable en los últimos años.

   De este encuentro, llevado a cabo tras la solicitud de 18 países miembros, no se esperan resultados contundentes y se evaluarán otras medidas diferentes a la que propuso el secretario general de la organización, Luis Almagro, quien sugirió la expulsión de Venezuela si el Gobierno no celebra elecciones "a la mayor brevedad posible".

   Sin embargo, según los representantes de algunos países de la OEA, la solución de Almagro es "extrema" porque suspensión de un estado miembro "es el último recurso y que antes de esa decisión deben agotarse los esfuerzos diplomáticos en un plazo razonable".

   Así, apoyaron una nueva reunión convocada para este martes en la que se revisarían otras medidas que contemplen la integridad del país iberoamericano, atendiendo de forma urgente a "la liberación de presos políticos, que se reconozca la legitimidad de las decisiones de la Asamblea Nacional, según la Constitución, y que se establezca un calendario electoral, que incluya las elecciones pospuestas".

   Cabe destacar que para que Venezuela quede suspendida de la OEA --a la que pertenece como miembro fundador desde 1948-- dos tercios de las 34 naciones que integran la OEA deben votar a favor de su expulsión, de acuerdo con 'Reuters'. Este cese llevaría a la nación iberoamericana al aislamiento político y al cese del financiamiento multilateral por parte del resto de los estados de la organización.

   Sin embargo, los países que apoyan su salida de la organización no alcanzan esas dos terceras partes requeridas, por lo que durante el encuentro se estudiarán nuevas propuestas frente a la grave crisis económica y financiera en la que se encuentra.

   A pesar de que la oposición venezolana y diversas organizaciones han denunciado en múltiples ocasiones que el Gobierno de Maduro se ha convertido en una dictadura que persigue a sus opositores y que se ha negado a recibir donaciones de alimentos y medicinas básicas a pesar de su notable crisis económica, no ha sido sino hasta las últimas semanas cuando los países vecinos de América Latina han endurecido sus críticas hacia la administración venezolana.

   Fue el pasado jueves cuando 14 de los 34 estados miembros de la OEA pidieron a Maduro nuevas medidas en el país. Los estados que firmaron esta solicitud fueron Argentina, Brasil, Canadá, Perú, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Uruguay, Paraguay, Estados Unidos, Colombia, Chile y Panamá. Poco después se adhirieron a la petición los países caribeños de Barbados, Bahamas, Santa Lucía y Jamaica.

   Entre las naciones que se negaron a firmar la declaración conjunta fueron los aliados más cercanos de Venezuela: Ecuador, Bolivia, El Salvador, República Dominicana y Nicaragua. Otros de los países que no quisieron unirse a esta petición fueron pequeños países caribeños que cuentan con el apoyo de Venezuela por el cargamento de petróleo que les suministra.

ACABAR CON LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA

   Cabe destacar que, a pesar de que esta sesión extraordinaria no cuenta con el apoyo de Venezuela --que además considera que la OEA es una herramienta de influencia estadounidense sobre Latinoamérica-- el presidente del Consejo Permanente de la OEA, el representante de Belice, Patrick Andrews, ha asegurado que la reunión sigue "en pie", aunque este lunes la propia canciller de Relaciones Exteriores venezolana, Delcy Rodríguez, indicara que la cita se estableció "sin contar con el consentimiento del Gobierno venezolano, tal y como está contemplado en las normas que rigen esta organización regional".

   Durante sus casi 40 minutos de ponencia en la sede de la organización, Rodríguez señaló que Almagro ha violado las normas de la institución que preside con el objetivo de intervenir en la política interior de Venezuela, ya que busca "acabar con la Revolución Bolivariana" generando una campaña mediática para "crear el ambiente de que algo grave ocurre en Venezuela y justifique la intervención".

   También aseguró que el informe actualizado que presentó el pasado 14 de marzo sobre la situación del país iberoamericano "es una intervención para Venezuela y no solo para derrocar a Nicolás Maduro" sino que "es una estrategia compleja de intervención con consecuencias a mediano y largo plazo", según publica 'TeleSur'.

   De acuerdo con este escrito de 75 páginas, el secretario general de la OEA pidió la activación de la Carta Democrática Interamericana (CDI) como única "herramienta" para devolver al país a la senda democrática, debido a que en Venezuela "hay una ruptura total del orden democrático", por lo que "la tarea que tenemos ante nosotros es apoyarla y restaurar los derechos de su pueblo".

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