Actualizado 18/04/2015 12:55

El PMDB, el partido que tiene la llave de Brasil

El vicepresidente de Brasil Michel Temer Dilma Roussef
Foto: REUTERS

Los manifestantes piden que retire su apoyo al Gobierno y haga caer a Rousseff

   RÍO DE JANEIRO, 18 Abr. (Notimérica) -  

   El Brasil de Dilma Rousseff está gobernado por el Partido de los Trabajadores (PT) y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) es la principal formación de la oposición, pero la llave de la gobernalidad y los diputados que a día de hoy tienen más poder son los del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), hasta ahora el principal aliado de la presidenta.

   Nunca antes el PMDB no había acumulado tanto poder: controla el Congreso y el Senado, siete ministerios, y si ya contaba con la vicepresidencia (Michel Temer), ahora éste también asumirá la articulación política; además, los manifestantes que piden el 'impeachment' ('impugnación') de la presidenta exigen que el PMDB retire el apoyo al Gobierno y provoque su caída.

   El papel de bisagra del PMDB se hace ahora más evidente que nunca, pero siempre fue así. El partido nació como un cajón de sastre donde cabían todos los opositores al régimen militar y hoy está formado por una variada amalgama donde hay conservadores, socialdemócratas,  liberales, izquierdistas, populistas...

   Es el partido más grande de Brasil -tiene 2,3 millones de afiliados_, tiene la mayor representación en el Congreso, con 142 diputados, y es el que más alcaldes y gobernadores tiene, pero nunca ha tenido un presidente de la República; se dedica a sostener al Gobierno de turno a cambio de cuotas de poder, básicamente ministerios.

   En diciembre Rousseff le confesó a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, que era "muy difícil" nombrar ministros en Brasil, y es que hay que hacer equilibrios para contentar a todas las formaciones de la base aliada. El PMDB no quedó lo bastante satisfecho con el reparto y desde entonces mantiene una tensa relación con la presidenta.

   El presidente del Congreso, Eduardo Cunha, es la principal 'piedra en el zapato' de Rousseff: de perfil conservador, se jacta de poner trabas a los proyectos del Gobierno, sacando adelante proyectos como la reducción de la mayoría de edad penal a 16 años o la 'tercerización' de los trabajadores, ambos frontalmente repudiados por el PT.

   Cunha ha reconocido públicamente que la relación con Rousseff y con el PT es precaria, y para remediarlo la presidenta nombró al hasta ahora vicepresidente del Gobierno y presidente del PMBD, Michel Temer, responsable de la articulación política. Él se encargará de la difícil tarea de limar asperezas entre Gobierno y aliados.

   Las dificultades que tiene Rousseff para gobernar se unen además a su caída de popularidad en las encuestas y a las masivas protestas en la calle que piden su 'impeachment' a raíz del escándalo de corrupción de Petrobras, agravado con la detención esta semana del tesorero del  partido, João Vaccari Neto.

EL 'IMPEACHMENT' Y EL PMDB

   En una reciente entrevista con Notimérica, uno de los líderes de uno de los grupos que  promueve las manifestaciones, el Movimiento Brasil Libre (MBL), Kim Kataguiri, aseguraba que el PMDB es un partido "extremadamente susceptible a la presión popular" y que podría dejar de proteger a la presidenta si percibiese que eso le supone una pérdida de capital político.

   En las manifestaciones del pasado domingo muchas pancartas pedían al PMDB que se pusiera  "del lado del pueblo" y el MBL ha organizado una marcha hasta Brasilia para presionar a los congresistas. Pero de momento, y a pesar de su tensa relación con Rousseff, Cunha ya ha dicho  que no ve motivos para que Rousseff deje el cargo.

   "El 'impeachment' no es un proceso político (...). Es un proceso que tiene que tener su razón jurídica. No porque simplemente una encuesta diga que la mayoría de la población quiere va a haber un 'impeachment'", aseguró este martes, dando, por el momento, un balón de oxígeno al Gobierno del PT.