Actualizado 21/11/2015 21:02

Rousseff se libra poco a poco de la sombra del 'impeachment'


RÍO DE JANEIRO, 21 Nov. (Notimérica) -

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se va librando poco a poco de la posibilidad de sufrir un proceso de 'impeachment' que la aparte del cargo, ya que el hasta ahora principal impulsor de esta medida, el presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha, reconoció esta semana que la opción "va perdiendo fuerza" y quedaría, como mínimo, para 2016.

La única base legal para abrir un proceso de juicio político contra Rousseff se encuentra en la decisión del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) de rechazar las cuentas del Gobierno de 2014 alegando que se hicieron maniobras fiscales irregulares para cuadrar el presupuesto y que no hubiera números rojos.

Durante los primeros meses de mandato de Rousseff la presión del 'impeachment' creció gracias a multitudinarias protestas en las calles y el fundamental rol de Cunha, que pese a pertenecer al principal aliado del Gobierno, el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), ha sido siempre muy beligerante contra la presidenta.

Los argumentos que usaba la oposición para pedir que se apartara del cargo a Rousseff, como su omisión en el caso de corrupción de Petrobras, no estaban fundamentados con pruebas, pero se da la paradoja de que ahora que sí que hay una base para pedir el 'impeachment' --el parecer negativo del TCU-- esta opción está perdiendo fuelle.

La clave está en la debilidad cada vez mayor de Cunha, afectado políticamente por el hecho de haber escondido un patrimonio millonario de dinero negro en cuentas secretas de Suiza, algo que ha estado negando de forma vehemente a pesar de las evidencias, lo que le ha valido la desafección de la oposición y de parte de su partido.

Con la popularidad de Cunha en caída libre el principal partido de la oposición, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) ha querido distanciarse y esta semana anunció que rompía formalmente con él y que a partir de ahora sus diputados trabajarían para que abandonase el timón de la Cámara.

Cunha, que tienen la potestad para llevar a votación las peticiones de 'impeachment' registradas en el Congreso, reaccionó a este ataque aplazando esta pauta y diciendo que ya no es prioritario, según recogió el diario 'Folha de São Paulo' citando a un círculo de diputados cercanos que escucharon estas declaraciones en una cena en casa de Cunha.

Así pues, para explicar el por qué Rousseff puede estar más tranquila hay que tener en cuenta dos factores: por un lado la división en la oposición debido al escándalo de Cunha con las cuentas Suizas, y por otro el 'acordão' que forjaron recientemente el Partido de los Trabajadores (PT) y el PMDB para garantizar una mínima gobernabilidad.

Después de meses de crisis política y parálisis institucional Rousseff reformó el mes pasado su Gobierno cediendo cuota de poder del PT en favor del PMDB, que salió reforzado con siete ministerios, algunos de ellos tan importantes como el de Sanidad, el que tiene una mayor dotación presupuestaria.

Después de esa reforma la relación entre Cunha y Rousseff se ha calmado ligeramente y aunque el cargo de Rousseff ahora no corre tanto peligro su popularidad sigue en horas bajas; son cada vez más los votantes desilusionados al ver cómo ha cedido a los intereses de Cunha y el PMDB con tal de ganar algo de estabilidad.