BUENOS AIRES, 31 Mar. (Notimérica) -
Los sindicatos han destacado el amplio seguimiento de la huelga general de este martes en Argentina y la falta de voluntad del Gobierno para negociar, al tiempo que han amenazado con realizar otro paro de mayor duración --36 horas-- si el Ejecutivo no atiende sus reclamos.
Al final de la jornada, los sindicatos han ofrecido una rueda de prensa conjunta. "El paro fue contundente", ha indicado el secretario general de la sección opositora de la CGT --el sindicato mayoritario del país--, Hugo Moyano.
Además, Moyano ha señalado que la contundencia significa que han "interpretado la voluntad de la gente" y esperan "que esta medida sea interpretada por quienes deben dar respuesta".
El titular del sindicato de transportes UTA, Mario Calegari, que fue quien convocó a huelga en primer lugar, también se ha referido al éxito de la convocatoria en Radio Continental: "Ninguna de las líneas de 'subte' (metro) está funcionando, ni las líneas de colectivos en todo el país".
Sin embargo, el alto seguimiento de la huelga no ha tenido una contraparte en el Gobierno, desde donde sólo han brotado críticas hacia los huelguistas. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, ha minimizado el seguimiento de la huelga: "Hubiera trabajado el 95% de la gente, pero no pueden porque no tienen con qué viajar".
El secretario general de la CTA, Pablo Micheli, ha respondido a Aníbal Fernández que eso es "tomar a la gente por estúpida". "La gente está cansada de que nos metan la mano en el bolsillo por la cantidad de impuestos que nos cobran", ha señalado Micheli en la rueda de prensa.
El Gobierno tampoco se ha mostrado negociador, ya que ha repetido en varias ocasiones que piensa mantener el mínimo no imponible en el Impuesto a las Ganancias, principal reclamo de los sindicatos.
"Acá se ha parado por algo más que Ganancias, acá se ha parado porque hay un malestar manifiesto con este Gobierno", ha indicado el secretario de la Confederación Argentina de los Trabajadores del Transporte, Juan Carlos Schmid.
FIN DE CICLO ELECTORAL
La novedad de esta huelga respecto de otras anteriores que ha sufrido el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner es que esta vez los sindicatos cercanos al Ejecutivo no sólo no han criticado la huelga, sino que incluso han considerado legítimos algunos reclamos y han dado libertad a sus afiliados para seguirla.
Esto ha supuesto un acercamiento entre facciones sindicalistas que desde 2012 permanecían separadas por su posición respecto del Gobierno 'kirchnerista', y no es difícil leer en esta maniobra el fin de ciclo electoral que se avecina.
A partir del próximo diciembre habrá en Argentina un nuevo presidente, sea peronista --como Daniel Scioli o Sergio Massa-- o no --como Mauricio Macri--, pero en cualquier caso los sindicatos, importantes agentes políticos, deben mostrarse fuertes ante cualquier opción y valorar qué candidato podría beneficiarles más.
"Los gremialistas somos pendulares: un día estamos con uno, otro día estamos con otro", ha indicado el titular de la CGT oficialista, Antonio Caló, en 2013, cuando justificó su alineamiento con el Gobierno: "Si estoy en desacuerdo con el Gobierno, no me van a atender".
Fernández de Kirchner está a unos meses de salir de la Casa Rosada y, aunque esta huelga va dirigida a su Gobierno, algunos sectores indican que está planificada para que el próximo presidente considere la posibilidad de atender los reclamos sindicalistas.