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Soraya Sáenz de Santamaría presenta a Luis Guillermo Solís en Foro América - EUROPA PRESS

   MADRID, 8 May. (Notimérica) -

   El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, ha expresado este lunes su "preocupación" por la situación de agitación social y política que vive Venezuela, donde al menos 37 personas han muerto en el marco de las manifestaciones que han tenido lugar en todo el país.

"El Gobierno de Costa Rica se ha posicionado y expresado repetidamente de manera crítica contra la situación de Venezuela", ha recordado Solís, quien ha agregado que "sería una tragedia que la salida de Venezuela fuera un autogolpe de Estado; hay que apostar por el diálogo".

   El mandatario costarricense ha realizado estas declaraciones en el Foro América, organizado en Madrid por Europa Press y Estudio de Comunicación, con el patrocinio de Abengoa. Durante el encuentro, que ha tenido lugar en el marco de su primera visita oficial a España, Solís ha estado acompañado por la vicepresidenta del país anfitrión, Soraya Sáenz de Santamaría.

   Al contrario que la situación con Venezuela, el presidente latinoamericano se ha mostrado calmado respecto a las posibles repercusiones que pueda tener el nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.

"Las relaciones con Estados Unidos son estupendas", ha declarado Solís, quien ha anotado que ésta es "muy parecida a la que tenemos con España". "Compartimos con ellos una perspectiva, en lo general, bastante coincidente; es una relación de aliados y amigos que se miran a los ojos y discuten cuando hay que discutir las cosas", ha subrayado.

   En este sentido, Solís confía en que se mantengan los acuerdos comerciales existentes entre los dos países. Más concretamente, espera que el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (CAFCA), siga en pie durante el mandato de Trump, ya que tampoco tiene constancia de que el mandatario estadounidense desee suspenderlo.

   No obstante, el considerado "uno de los países más felices del mundo", no tiene esta buena relación con su vecino Nicaragua, llegando a tildarla de "complicada". A pesar de que "la relación entre los gobiernos sigue siendo fría, no lo es entre los pueblos". "Las diferencias entre los gobiernos no deben extenderse entre la gente, ya que no corresponde a estos transferir los problemas al pueblo", ha aseverado.

EL RETO DE LA INMIGRACIÓN

   En la actualidad, entre 400.000 y 600.000 nicaragüenses residen en Costa Rica, un país que, por lo general "es más un punto de tránsito que de destino". Esto ha provocado en los últimos meses un desafío en el estado centroamericano, que ve en la inmigración dos posibles planteamientos. "O bien pretendemos lo impretendible y cerramos a cal y canto nuestras fronteras --aún cuando carecemos de la fuerza, la tecnología y de la voluntad nacional para mirar a estos contingentes de personas morirse de hambre en su ruta hacia un mundo mejor-- o intentamos organizar y controlar estos flujos", ha explicado Solís.

   Así, el mandatario se ha mostrado partidario de la segunda vía, para la cual ha contado con el apoyo de organismos internacionales como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) o la Cruz Roja, al tiempo que ha destacado la necesidad de la cooperación entre países en materia de inmigración. "Activar la política internacional también es importante, se trata de un problema que afecta a muchos países de la región", ha recordado.

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