Actualizado 28/02/2015 13:57

Miles de uruguayos despiden a José Mujica en su último acto protocolario como presidente

Los líderes uruguayos José Mujica y Tabaré Vázquez
Foto: REUTERS

MONTEVIDEO, 28 Feb. (Reuters/EP) -  

   Miles de personas han despedido este viernes al presidente saliente de Uruguay, José Mujica, quien con un estilo de vida sencillo y un discurso contra el consumo se ha convertido en uno de los mandatarios más populares del mundo.

   Mujica, un izquierdista de 79 años, fue ovacionado por unos 3.000 asistentes en la principal plaza de Montevideo tras recibir una bandera del país en su último acto protocolario.

   El mandatario, que el domingo le devolverá la banda presidencial a su antecesor y correligionario Tabaré Vázquez, ha finalizado su mandato con un 65 por ciento de aprobación, según la última encuesta de diciembre de la consultora Equipos.

   "No me voy, estoy llegando, me iré con el último aliento y donde esté, estaré por ti, estaré contigo, porque es la forma superior de estar con la vida. Gracias, querido pueblo", ha dicho Mujica, que será senador entre 2015 y 2020.

   La gente, que ondeaba banderas de Uruguay, otras con los colores del Frente Amplio y caretas de cartón con el rostro de Mujica, se fundió en un aplauso cuando finalizó su discurso.

   "Si tuviera dos vidas las gastaría enteras para ayudar en tu lucha (la del pueblo), porque es la forma más grandiosa de querer la vida que he podido encontrar a lo largo de mis casi 80 años", ha concluido en su despedida el exguerrillero, que estuvo en prisión durante más de una década.

   Mujica ha impulsado durante este periodo en el Gobierno una controvertida agenda progresista, con la legalización del aborto, del matrimonio homosexual y de la marihuana. Sin embargo, los uruguayos aún se quejan de problemas en educación, de una desgastada infraestructura vial y una creciente inseguridad.

   Mujica, floricultor de profesión, se convirtió en una estrella de la política internacional con discursos que cuestionaban el consumismo y destacaban las cosas sencillas de la vida. Pero su franqueza lo forzó en ocasiones a disculparse públicamente.

   Como presidente Mujica siguió viviendo modestamente en una chacra a las afueras de Montevideo, donde con su esposa, la senadora Lucía Topolansky, cultivan sus alimentos y se trasladan en un viejo automóvil. Un estilo de vida que refleja sus orígenes en un hogar modesto, donde pasó una infancia y una adolescencia difíciles.

   "No venimos al planeta para desarrollarnos solamente. Venimos al planeta para ser felices. Porque la vida es corta y se nos va. Y ningún bien vale como la vida y esto es lo elemental", dijo en la Cumbre Río+20 en 2012, en un discurso que muy compartido en las redes sociales y que lo catapultó a la fama.