Actualizado 22/06/2016 18:49

Vicente Fox: "Creo que Peña Nieto sabe la verdad sobre los 43 normalistas"

Vicente fox, expresidente de México
NOTIMÉRICA

   MADRID, 22 Jun. (Notimérica) -

   Vicente Fox llegó a la presidencia de México en el año 2000 tras unas elecciones en las que su partido, el Partido de Acción Nacional (PAN), terminó con la hegemonía de más de 70 años de gobiernos priístas –término con el que se conoce al Partido Revolucionario Industrial (PRI), actualmente en el poder--.

   Parece ahora que la historia podría repetirse, pues en las elecciones locales celebradas el pasado 5 de junio en doce de las 32 gubernaturas de México, el PAN ganó en siete de ellas. Sorprendentemente, en tres -- Veracruz, Quintana Roo y Durango— lo hizo gracias a una candidatura conjunta con el tercer gran actor político, el Partido de la Revolución Democrática (PRD). La derecha y la izquierda unidas han logrado arrebatar algunos feudos clásicos del PRI, resultado que se ha saldado con la renuncia de su presidente, Manlio Fabio Beltrones, tan solo diez meses después de asumir el cargo.

   Fox, que desde que abandonó la presidencia mexicana en 2006 se dedica enteramente a la gestión de las tres fundaciones que ha creado junto a su mujer, Marta Sahagún, ha concedido una entrevista a Notimérica en la que hace balance de los últimos resultados electorales, de su posible réplica a nivel nacional en las elecciones presidenciales de 2018, así como de los graves problemas que azotan a México: la violencia, el narcotráfico y la corrupción.

   ¿Qué valoración hace de los resultados de las últimas elecciones?

   Fueron unas elecciones muy interesantes, aunque no muy representativas, porque en realidad fueron en 12 de los 32 estados que hay en México. Aunque muchos de ellos siguen la línea que ya traían, las sorpresas vienen por un lado del PAN y por otro de la alianza con el PRD. El PRI ha bajado de un 50 por ciento de aceptación a solo el 30. En conclusión, baja el PRI y sube la alianza PAN-PRD, lo que hace que aumente el interés por probar esa alianza de cara a las elecciones presidenciales y que el PRI se vea obligado a ponerse las pilas.

   ¿Cómo se explica la alianza entre el PAN y el PRD, entre la derecha y la izquierda, con la que concurrieron a los comicios?

   Yo creo que eso no hubiera sido posible si subsistiera el PRD político, el PRD original que estaba más corrido hacia una extrema izquierda. Desde la salida de (Andrés Manuel) López Obrador -antiguo presidente del partido-- el PRD se mueve hacia el centro y hace posible la alianza. Es una combinación de centro-derecha ligero con centro-izquierda ligero. Esto me hace pensar que es viable que se repita esa fórmula con un PRD ajustado y más de centro y el propio PAN, aunque dependerá de quién sea su candidato, porque hay algunos muy propensos a utilizar estas fórmulas de alianza pero otros que prefieren limpieza ideológica.

   ¿Qué retos debería afrontar el PAN, solo o en coalición, si se alzase efectivamente con la presidencia de la nación en 2018?

   El reto de cualquiera que gane las elecciones debe ser el mismo: terminar con la violencia y las drogas, con la corrupción a todos los niveles, con la falta de respeto a los derechos humanos. Todos estos temas requieren de un Gobierno que sea capaz de entenderlos y hacerles frente.

   Parece claro, y de hecho todos los partidos hacen campaña en torno precisamente a terminar con esos "cánceres", pero la realidad es que no se observan grandes avances. ¿Cómo se combate la corrupción, el narcotráfico o la impunidad que reina en la mayoría de los asesinatos que se cometen en el país?

   Venimos intentando con mucha pasión erradicar este cáncer, no solo en México, sino en toda América Latina, y parece que lo llevamos en los genes, en las venas. Para que se cometa un acto de corrupción se necesita a quien corrompe y a quien es corrompido. En ese sentido por igual andamos mal, porque el mundo corporativo es muy propenso a entrar en terrenos de corrupción con tal de salvaguardar sus intereses y poder hacer negocio y del lado del Gobierno los funcionarios públicos no acabamos de tener calidad, integridad ni honestidad.

   Hay un sin número de mecanismos que hemos creado y puesto en marcha, pero siempre se encuentra la manera de darles la vuelta, de cambiarlos, de evadirlos. Necesitamos una ciudadanía con muchos más valores éticos, una ciudadanía que entienda que este mal hay que erradicarlo. Necesitamos más educación, educación en valores éticos; es el único camino para cambiar una nación en solo una generación.

   En los últimos días Oaxaca está viviendo varias manifestaciones por parte de los maestros que han terminado con enfrentamientos entre ese gremio y una policía que parece extralimitarse, dejando una decena de muertos y más de cien heridos. Luchan contra una reforma educativa propuesta por el presidente, Enrique Peña Nieto, que consideran "injusta" y que les quitará derechos. ¿Comprende sus reclamos?

   En lugar de comprenderlo habría que hacer una reflexión sobre la situación de los maestros en México. Estas protestas no vienen por parte de todo el profesorado, sino del 5 por ciento que pertenece al sindicato Coordinadora Nacional de Trabajadores (CNTE). El 95 por ciento restante -un millón y medio-aceptó la propuesta de reforma. Ese 5 por ciento de la Coordinadora es muy radical, un sindicato muy politizado que busca extender su participación dentro de los maestros a través de la fuerza.

   En esta ocasión se han radicalizado aún más, pero nunca sería posible una violencia generalizada, puesto que es su área de influencia es muy regional. Espero que pronto se aplaquen los ánimos y que sus maestros radicales se vuelvan maestros normales dedicados a educar.

   ¿Qué balance haría usted de Peña Nieto como presidente? ¿Le han pasado factura sus dificultades a la hora de gestionar crisis como la de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos?

   Luces y sombras. Empezó muy bien, con mucha luz. Se llevó a cabo la reforma energética, la reforma fiscal y ahora se está concluyendo la reforma educativa. Esas tres fueron las razones por las que yo decidí darle mi apoyo al principio de su mandato. Empezó muy bien, pero efectivamente la violencia general derivada de la droga y de los cárteles no se está manejando como debiera. Ha logrado bajar los índices de homicidios -actualmente en 16 por cada 100.000 habitantes--, pero ha habido casos extraordinarios que nuevamente han marcado a la administración. Por ejemplo con el caso Ayotzinapa, el de los famosos 43 desaparecidos, no se ha querido contar la verdad públicamente.

   Esas son las sombras que le han llevado a tener una aceptación muy baja, pero creo que está todavía en posibilidades de cerrar fuerte. Para ello necesita que la reforma de energía se convierta en hechos reales, aclarar estos eventos extraordinarios de violencia y erradicar el cáncer de la combinación de corrupción, derechos humanos y justicia.

   ¿Cree que el Gobierno conoce la verdad de lo que sucedió con los normalistas?

   Yo creo que el Gobierno la conoce, no creo que no pueda darse cuenta de qué pasa con 43 estudiantes. Pienso que el Ejército es mejor explicación a eso que los propios cárteles y su lucha interna. Sería un verdadero cambio de timón, de paradigma, que el presidente diera un manotazo en la mesa para decir "Ya basta, no más corrupción, no más violación a los derechos humanos" e impulsara un verdadero avance en materia de justicia.

   ¿Qué ganaría Peña Nieto con no hacerlo público?

   Es lo que no entiendo. ¿Por qué ocultarlo en lugar de dejar que la justicia actúe? No lo sé, es muy difícil saber qué es lo que pasa desde el punto de vista ciudadano.

   Ha hablado de las reformas legislativas del presidente, pero hay una en concreto, la de la aprobación del matrimonio homosexual, que Peña Nieto ha decidido abanderar pese a la polémica que el tema suscita en México. Si antes de terminar su mandato logra incluirla en la Constitución, ¿usted cree que un PAN que ganase las presidenciales la mantendría? ¿O podría derogarla?

   Yo no sé porqué él escogió ese tema cuando hay muchos otros que pueden dar un mejor resultado a su imagen. Es un tema muy polémico en México y en casi cualquier lugar del mundo; sin embargo el tema va avanzando y resolviéndose prácticamente en todo el mundo, es irreversible el avance hacia ese derecho de las personas de hacer lo que quieran con su cuerpo, con su persona o su posición mientras no se afecte a terceros.

   Por otro lado, no creo que el PAN diera marcha atrás, yo creo que esos dogmas ideológicos que generaron los partidos políticos del siglo XX ya están derrumbados y ya no tienen razón de existir. El mundo está cambiando y el presidente o presidenta del PAN tendría que aceptar lo que la opinión pública desea. Un Gobierno que quiera reprimir libertades o que pretenda imponer desde el Estado comportamientos o leyes que se aplican a las personas, está destinado a fracasar.

   En la actualidad, el salario mínimo en México es de 129 dólares, mucho más bajo que el de otros países de la región y realmente bajo para una potencia como la que aspira a ser México. ¿Debería entrar el aumento del salario mínimo entre las prioridades de cualquier gobierno?

   En términos económicos el salario está sujeto a oferta y demanda, si hay abundancia de mano de obra y carencia de demanda o empleos normalmente la tendencia va a dar muy bajo. Si la demanda y la oferta se equilibran, entonces se tiende a pleno empleo y a subir el valor de los salarios. Digamos que es esta la regla económica y de mercado.

   Los gobiernos frecuentemente quieren manosear o alterar esta fórmula e imponer por salarios por decreto y obligar al pago de los mismos. Los gobiernos deben ayudar a que se distribuyan mejor los ingresos, pero hacerlo por ley no va a dar resultados. Lo natural es crear mucho crecimiento económico y eso automáticamente va a resolver los salarios.

   La hipotética llegada a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump -el candidato republicano-- podría ser un desastre para México en lo que respecta a las vidas humanas, dada su reconocida fobia a los mexicanos, pero también en sus relaciones comerciales, pues el candidato ha pedido públicamente a los estadounidenses que "no hagan negocios con México". Usted se ha mostrado muy crítico con Trump en más de una ocasión.

   El triunfo de Trump sería una amenaza y un peligro para México. Yo creo que ya quedó fuera, me parece que ya gastó sus mejores cartas y ya no tiene más que ofrecer, por lo que espero que al final sea Hillary (Clinton) la primera mujer presidenta de los EEUU. En ese caso la relación con México será muy cordial, muy eficaz y muy productiva.

   Trump propone cosas muy peligrosas incluso para los propios EEUU. Su idea de encerrarse entre cuatro paredes haría al país abandonar un espacio estratégico que tomaría muy probablemente China, lo cual nuevamente nos levanta muchas incógnitas. ¿Qué pasaría con una China líder mundial y productora general? Es una nueva civilización, toda una nueva manera de pensar.

   Yo espero que Norteamérica, incluyendo a México, Canadá y EEUU, nos mantengamos unidos en esta alianza que ha sido económicamente muy favorable y que también políticamente y desde el punto de vista del liderazgo puede continuar siendo el faro que oriente el camino del mundo.

   ¿Es posible que este mensaje de Trump esté sembrando un rechazo de los mexicanos hacia los Estados Unidos?

   Al principio lo tomamos como un peligro y una amenaza, pero ya hoy lo tomamos a chiste. Ya no nos parece serio ese hombre y todo el mundo piensa que no puede ganar. El susto quedó atrás y ahora México se dedica a sus tareas y a tratar de superar sus obstáculos que como le dije son la violencia, la corrupción, la falta de transparencia, las oportunidades de la energía, de manufactura, la generación de empleo y finalmente la educación, que es el tema de temas en América Latina, donde traemos un gran retraso y hay que acelerar el paso.