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   BRASILIA, 19 Sep. (Notimérica) -

   Las elecciones brasileñas del próximo 6 de octubre están protagonizando las cabeceras de todos los medios de comunicación por su 'caótica' campaña electoral. La crispación y el hartazgo podrían apoderarse de los ciudadanos brasileños, los cuales han aguantado durante los últimos meses un constante murmullo político lleno de acusaciones, ataques y críticas entre los diferentes candidatos.

   La falta de propuestas políticas por parte de los grupos políticos y el tono moderado y cordial entre ellos, se suma al devenir de las candidaturas de los dos principales oponentes: Luiz Inácio Lula Da Silva y Jair Bolsonaro.

   El primero, histórico líder del Partido de los Trabajadores (PT), encarcelado desde abril por corrupción pasiva, ha sido vetado por el Tribunal Supremo Electoral. El segundo, el diputado ultraderechista del Partido Social Liberal (PSL), era apuñalado tras un acto político y actualmente permanece ingresado en un hospital, aunque se encuentra estable.

   Esta situación acumula hartazgo y crispación entre los ciudadanos brasileños, los cuales además se encuentran muy desencantados con los políticos del país, tal y como muestra un reciente estudio de la empresa de investigaciones de mercado Ibope. Esta indica que un 59 por ciento de los brasileños muestra un claro rechazo hacia los políticos.

   A las situaciones antes enumeradas, que claramente influyen en el desencanto general hacia los políticos, se les añade los escandalosos y notables casos de corrupción que han envuelto a gran parte de la elite política del país, como son los casos Lava Jato, Petrobras y Odebrecht.

   "El desencanto de la ciudadanía tiene mucho que ver con los escándalos de corrupción, que envuelven a casi todos los partidos. Esto ha llevado a una desconfianza generalizada. Los electorales piensan que no vale la pena votar a uno u otros porque va a haber corruptos de cualquier forma", afirma al medio digital 'EsGlobal' el profesor de Ciencias Políticas de la Fundación Getúlio Vargas (FGV) de Río de Janeiro, Sergio Praça.

reuters

   Por esta razón, está previsto que el voto blanco o nulo sea el favorito en los próximos comicios presidenciales. Según Ibope, un tercio del electorado asegura que votará nulo o en blanco, pues el 38 por ciento de los brasileños afirma que no tiene "ningún interés" en los comicios y el 23 por ciento dice que tiene "poco interés".

   Si bien el abstencionismo y este tipo de votos no es una novedad en Brasil, su permanencia e incremento no es una buena señal. Por el contrario, parece no ser un problema para las agrupaciones políticas, pues no se han llevado a cabo medidas para paliar la situación. De hecho, tal y como indica al citado medio el sociólogo Paulo Baía, los partidos están acostumbrados al clientelismo, por lo que "el descrédito de la política es benéfico para las castas y las oligarquías".

   Y aunque el perfil del electorado que se acerca al voto nulo o blanco abarca todas las clases sociales y edades, datos recogidos por 'EsGlobal' señalan que las mujeres son responsables de la mayoría de los votos en blanco y nulos declarados en la encuesta de Ibope: seis de cada 10 electores que no van a votar son mujeres de entre 35 y 44 años, mientras que ellas representan el 52 por ciento del electorado nacional indeciso. ¿Por qué?

   La politóloga del Grupo de Estudios de Género y Política de la Universidad de São Paulo, Hannah Maruci, indica al medio digital que las iniciativas a favor de las necesidades de las mujeres son las primeras que son sacrificadas cuando hay recortes presupuestarios. Por ello, el descontento femenino fruto de la sensación de infravaloración y desprotección es mayor. "Ellas sienten el peso mayor de la crisis y del desempleo", afirma Maruci.

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