Publicado 02/09/2015 18:42

Los alimentos industriales, un grave problema en Latinoamérica

   WASHINGTON, 2 Sep. (Notimérica) -

   Una de las epidemias que están haciendo estragos en Latinoamérica es el aumento de la obesidad, problema causado por el creciente consumo de alimentos ultra procesados como bebidas azucaradas y comida rápida.

   Según publica un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Latinoamerica, al igual que en el resto del mundo, el consumo de estos alimentos, que están sustituyendo a los alimentos tradicionales, ha aumentado drásticamente.

   Mientras que en Norteamérica el consumo de estos alimentos ha disminuido, en el sur del continente aumentó entre el año 2000 y el 2013. El informe asegura que el aumento del consumo de esos productos está directamente relacionado con las altas tasas de obesidad en el continente.

   "Los alimentos ultraprocesados y la comida rápida representan una parte cada vez mayor de lo que las personas comen y beben en América Latina, con resultados muy negativos", asegura Enrique Jacoby, asesor sobre Nutrición y Actividad Física de la OPS/OMS.

   Estos productos, que causan adicción en muchos casos, están sustituyendo a los alimentos tradicionales que sí que cuentan con los nutrientes necesarios para tener una buena salud.

   "Estos productos no están diseñados para satisfacer las necesidades nutricionales de las personas. Están diseñados para que se conserven por mucho tiempo en los estantes y generan deseos incontrolados de consumo que llegan a dominar los mecanismos innatos de control del apetito y hasta el deseo racional de dejar de comer. Por eso resultan doblemente perjudiciales: son casi adictivos y eso lleva aumentar el sobrepeso y la obesidad, al tiempo que sustituyen los alimentos frescos, que son la base de una dieta natural rica en nutrientes", añadió Jacoby.

PRODUCTOS PERJUDICIALES, PARTE DE LA DIETA DIARIA.

   Estos productos ultraprocesados, así como la comida rápida, forman parte de la dieta diaria de los ciudadanos de los 13 países latinoamericanos que han sido objeto de este estudio; Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

   Bebidas carbonatadas no alcohólicas, refrigerios dulces y salados, cereales de desayuno y barras, golosinas, helados, bebidas deportivas y energéticas, jugos de frutas y vegetales, té y café embotellados, pastas para untar, salsas y comidas preparadas son algunos de los alimentos que han aumentado los índices de sobrepeso en Latinoamérica.

   Entre el año 2000 y el 2013 aumentaron un 26,7 las ventas de estos productos en Latinoamérica, mientras que en Norteamérica disminuyó un 9,8 por ciento.

LOS CAMBIOS EN EL MERCADO Y LA GLOBALIZACIÓN, LAS CAUSAS.

   Las causas del aumento de estas cifras se deben, según arroja el informe, a la globalización y a la desregularización del mercado, ya que las empresas y multinacionales tienen ahora más acceso que antes a determinadas zonas.

   "América Latina y otras regiones en desarrollo se han convertido en atractivos mercados para los fabricantes de alimentos industriales, especialmente cuando los mercados de altos ingresos se saturan o incluso empiezan a reducir el consumo de estos productos", dijo Jean-Claude Moubarac, un experto en nutrición de la Universidad de São Paulo.

POSIBLES SOLUCIONES.

   El informe recomienda a los gobiernos que implementen políticas que promuevan el consumo de alimentos saludables, ya sea mediante campañas de concienciación o la aprobación de una normativa sobre precios para proteger y promover la agricultura familiar.

   "No es demasiado tarde para cambiar estas tendencias", afirmó Jacoby. "Las culturas alimenticias basadas en las comidas en familia y en alimentos no procesados o mínimamente procesados viven y gozan de buena salud en América Latina, aunque enfrentan una seria amenaza debido a la comercialización muy agresiva y a los cambios en el estilo de vida", añadió.

   "Necesitamos consumidores educados para crear demanda de alimentos mejores y más saludables, y necesitamos que los gobiernos desempeñen un papel activo en la creación de este tipo de sistemas a través de reglamentos e incentivos. Estas acciones son fundamentales para revertir el impacto negativo en la dieta y la salud de la globalización", concluyó.