Actualizado 05/07/2015 17:06

Las autodefensas de Michoacán y Arizona aclamadas en el festival de Sundance con 'Cartel Land'

Autodefensas de Michoacán y vigilantes de Arizona
Foto: CARTEL LAND, FESTIVAL DE SUNDANCE

   MÉXICO DF, 5 Jul. (Notimérica) -

   "¿Qué harías si tienes miedo y sientes el abandono de las instituciones que deberían protegerte?" La respuesta está en la trama del documental 'Cartel Land', presentado en el festival independiente de Sundance por el director Mattew Heineman, que narra la historia de dos movimientos de autodefensas: en el estado mexicano de Michoacán y el emprendido por los vigilantes estadounidense de Arizona en su lucha contra el narcotráfico. Una explicación del porqué de los hombres de mediana edad a tomar la fatídica decisión de luchar en contra de lo que ellos mismos consideran como "el mal".

   Este joven neoyorquino de 32 años, premiado como mejor director en Sundance, ha labrado su carrera con documentales sociales rodados en su país natal, pero la inquietud por entender a los grupos independientes de hombres a levantarse en armas para tomar la justicia por sus propias manos, llevó a Heineman a cruzar la frontera y alternar durante nueve meses las rutas de Michoacán y Arizona.

   "Poniéndolo en un esquema de 'western', yo pensaba que explicaría la historia heroica de unos tipos vestidos de blanco luchando contra hombres con sombreros negros pero, con el tiempo, me di cuenta que era más complicado y que los hombres eran más bien grises y la línea entre lo bueno y lo malo era mucho más difusa", afirmó Heineman.

   'Cartel Land' podría mostrar fácilmente una fábula de héroes contra villanos, una rápida condena a las autodefensas, pero lejos de caer en esta línea ofrece un conmovedor acercamiento a la encrucijada que separa el bien del mal mediante escenas impactantes que arrancan en un laboratorio clandestino de metanfetaminas y continúan con tiroteos, persecuciones, entierros o salas de tortura complementadas con testimonios íntimos y contradictorios.

   La ambigüedad moral del director respecto a las autodefensas se manifiesta más claramente en la parte del filme que se refiere a México. "En este país, la violencia es real, es visceral, mientras que en Arizona es mucho más teórica, es más un miedo de que la guerra de las drogas atraviese la frontera", explicó Heineman.

   El hilo conductor de la trama está en dos voces: la propia del carismático fundador de las autodefensas michoacanas, el actualmente encarcelado doctor José Manuel Mireles, y de Tim Nailer Foley, un veterano de guerra que protege la frontera --de EEUU con México-- del tráfico de drogas y del cruce de migrantes con su pequeño grupo Arizona Border Recon, cuyos miembros se oponen a la migración. Aunque ambos movimientos viven al margen de la ley y tienen supuestamente el mismo enemigo --los cárteles de las drogas--, el cineasta reconoce que son movimientos muy distintos.

   José Manuel Mireles, devenido líder de un grupo de autodefensas en la región michoacana de Tierra Caliente, relata su historia y la de su banda de campesinos y profesionales que enfrentaron al cártel de Los Caballeros Templarios, quienes dominaron Michoacán e impusieron su doctrina de la violencia durante casi una década.

   Heineman en esta producción sigue a Mireles y a sus autodefensas, se introduce en sus vehículos, asiste a sus reuniones, es testigo de sus tiroteos contra los 'Templarios' e incluso entra en sus cámaras de tortura. Documenta la transformación de los valientes cruzados en algo que misteriosamente termina pareciéndose demasiado a sus enemigos y con la fuerza de Mireles al límite de desvanecerse, finalmente el líder michoacano será encarcelado por sus opositores bajo el delito de "posesión ilegal de armas".

   La historia del grupo Arizona Border Recon, liderada por Tim 'Martillador' Foley, parece aunar el humor y el miedo de la política de extrema derecha en los Estados Unidos: los vigilante combaten a unos cárteles a los que nunca han visto en dicha región del desierto.

   El periódico 'El Daily Post' reflexiona en su crítica sobre Heineman y los movimientos de las autodefensas y añade que sobreviven y prosperan "no sólo porque el Estado haya fracasado miserablemente en su tarea de protección o porque como en Arizona las personas se conviertan fácilmente en presas de políticos paranoicos, sino porque algunas personas tienen que ser héroes (o sentir que lo son) aunque sólo sea por un día". Otras quizás, necesitan creer que puede haber héroes, incluso a sabiendas de que el héroe está encarnando al villano.

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